Dharamshala: Estamos reunidos hoy aquí para observar una ocasión trascendental que marca el 35º aniversario de la concesión del premio por la paz más destacado del mundo, el Premio Nobel de la Paz, a Su Santidad el Gran 14° Dalai Lama. Su Santidad es el refugio y el protector, así como el líder irreemplazable para todo el pueblo tibetano del Tíbet, así como de aquellos que viven en el exilio. También es un defensor de la paz mundial, el señor espiritual de los tres reinos de la existencia, un maestro de todo el corpus de las enseñanzas de Buda, y el máximo orgullo de los mundos material y espiritual, incluidos los reinos celestiales. El afecto de Su Santidad el Dalai Lama hacia todos los seres sintientes a través de la extensión del espacio universal es como el de una madre hacia su único hijo. Es sobre esta base que a lo largo del tiempo y más allá de cualquier límite, ha continuado llevando la satisfacción de deseos a través de sus acciones corporales, verbales y mentales. Para que continúe en este estado de firme compromiso hasta el día de hoy, nosotros, en nombre del pueblo tibetano en el Tíbet y en el exilio, ofrecemos saludos y deseos auspiciosos a Su Santidad con profunda reverencia de cuerpo, palabra y mente y con un gran sentimiento de gratitud.
Los premios Nobel de renombre mundial se instituyeron en el año 1901 e incluyeron el Premio Nobel de Física, el Premio Nobel de Química, el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, el Premio Nobel de Literatura y el Premio Nobel de la Paz. El Premio Nobel de Ciencias Económicas se instituyó más tarde, en 1969. Todos los demás premios fueron instituidos después de la muerte del eminente científico Alfred Nobel en 1896, basándose en su legado de la mayor parte de su fortuna para establecer tales premios. Su objetivo era dar reconocimiento a las personas que “confirieran el mayor beneficio a la humanidad” a través de su innovación y aportes en estos campos del conocimiento.
El Premio Nobel de la Paz 2024 ha sido otorgado a un grupo japonés llamado Nihon Hidankyo (Confederación Japonesa de Organizaciones Víctimas de las Bombas A y H), que fue formada en 1956 por sobrevivientes, para presionar, entre otras cosas, al gobierno japonés para mejorar el apoyo a las víctimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, de 1945, y poder actuar en concierto con aquellos en la comunidad internacional que trabajan para prevenir conflictos armados nucleares y eliminar las armas nucleares. Deseamos extender nuestros elogios y felicitaciones a las personas responsables de esta organización.
Por muy renombrado que sea, el objetivo del Premio Nobel de la Paz es honrar a quienes trabajan por establecer un orden internacional marcado por la mejora de la amistad entre las naciones, la reducción y eventual eliminación de las armas de guerra, la prevención de conflictos armados, la garantía y promoción de la paz, la justicia y la igualdad. Esto está en consonancia con el marco conceptual general insuperable de Su Santidad el Dalai Lama, quien se ha comprometido a promover la paz y el amor por todos los seres sintientes. Esto ha sido especialmente cierto en el caso de su enfoque en la lucha por la restauración de la libertad del pueblo tibetano, para el cual ha brindado un liderazgo basado únicamente en medios pacíficos. Esto fue debidamente reconocido por el Comité del Nobel de la Paz, que el10 de diciembre de 1989 le entregó el Premio Nobel de la Paz. Gracias a este premio, hubo una publicidad global de la lucha del pueblo tibetano y el apoyo a su justa causa recibió un impulso sin precedentes. Por eso aprovechamos la oportunidad que nos brinda esta trascendental ocasión para expresar una profunda y sentida gratitud a Su Santidad el Dalai Lama por todas sus nobles acciones pasadas que aún continúan por el bien del pueblo tibetano. Al mismo tiempo, deseamos hacer un llamamiento a todo el pueblo tibetano para que recuerde el imperativo de continuar con nuestro compromiso de adherirnos únicamente a los medios no violentos como carácter definitorio de nuestra lucha y actuar con unidad y consolidación de esfuerzos, tal como nos aconseja Su Santidad el Dalai Lama, con el propósito de la realización de la causa fundamental del Tíbet.
Por el bien del Dharma y de todos los seres sintientes, y especialmente en interés a largo plazo del pueblo tibetano, Su Santidad el Dalai Lama, desde que se exilió en la India, nos dio los consejos y deseos que son más beneficiosos para nosotros, sin dejarnos intimidar por una multiplicidad de dificultades que se presentaron en el camino. Estos lo han visto establecer el gobierno tibetano en el exilio, así como escuelas, centros religiosos y asentamientos para el pueblo tibetano. Ha instituido medios no violentos para la lucha tibetana para lograr la justa causa del Tíbet. Ha fundado una comunidad tibetana en el exilio basada en los principios de justicia e igualdad. Fue sobre estas bases que Su Santidad guio al pueblo tibetano por el camino de la democracia. Como resultado, la comunidad tibetana se destaca como distinta entre todos los grupos de refugiados de todo el mundo hoy en día, marcada por un desarrollo continuo con éxito y progreso. Estos pueden ser vistos como evidentes para cualquiera. La gratitud que le debemos a Su Santidad el Dalai Lama por todo esto es internacionalmente reconocida. Y este es el ambiente en el que Su Santidad se ha encargado de esforzarse para ver la realización de un mundo compasivo, al fijarse la misión de llevar a cabo cuatro compromisos y promover el principio de la ética secular. Este último ha sido incorporado a los sistemas educativos modernos. Ha dirigido estos esfuerzos a la la resolución de disputas por medios no violentos, a través de negociaciones para que los asuntos mundiales se desarrollen de manera pacífica, marcando el fin del uso de las armas. Este es un deseo extremadamente importante de Su Santidad el Dalai Lama y los líderes mundiales deben prestar atención y esforzarse por cumplir este deseo, que es mutuamente beneficioso para todos.
Hoy es también el Día Internacional de los Derechos Humanos. Marca los 76 años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó y proclamó en 1948 la Declaración de los Derechos Humanos. Sin embargo, lo que es trágicamente triste en esta conmemoración, es que hoy el Tíbet sigue siendo víctima de la invasión armada y la ocupación por parte de los comunistas de China. El resultado de esto fue que, en 1959, Su Santidad el Dalai Lama y muchos otros tibetanos se vieron obligados a huir de su país para buscar refugio en la India, una situación que continúa hasta el día de hoy. Desde ese año, la situación de los derechos humanos del pueblo tibetano en el Tíbet ha seguido empeorando año tras año. El gobierno de China ha implementado en el Tíbet una serie de políticas represivas brutales dirigidas a destruir la identidad nacional, lingüística y religiosa de los tibetanos, así como la destrucción del medio ambiente natural del país. Esto ha dado lugar a estallidos de protestas tibetanas que incluyeron el espontáneo levantamiento del 10 de marzo de 1959. También se produjeron una sucesión de protestas pacíficas por parte de los tibetanos en las décadas de 1980 y 1990. Y en 2008, los tibetanos de las tres provincias históricas ocupadas participaron en levantamientos masivos espontáneos contra el gobierno chino. Además, desde el año 2009, hasta la fecha, un total de 157 tibetanos han llevado a cabo protestas pacíficas de autoinmolación contra el gobierno de China. Todos ellos exigieron que se invitara a Su Santidad el Dalai Lama a volver al Tíbet, que haya libertad e independencia para el país, y así sucesivamente. No obstante, hasta ahora, el gobierno de China no ha respondido en absoluto a la trágica situación en el Tíbet. Más bien, ha ignorado por completo los derechos humanos del pueblo tibetano y, en cambio, ha detenido, interrogado, golpeado, encarcelado y restringido la libre circulación de las víctimas, al tiempo de hacer acusaciones falsas.
En enero de este año, el informe del Grupo de Trabajo de Examen Periódico (EPU) del Consejo Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre el historial de derechos humanos de China se discutió en la ciudad suiza de Ginebra. El grupo de trabajo destacó alrededor de 18 casos de violencia y violaciones de derechos humanos en el Tíbet, entre otros. Este informe muestra que, en comparación con los informes anteriores del EPU en 2009, 2013 y 2018, la situación de los derechos humanos en el Tíbet ha visto un marcado deterioro en una serie de cuestiones. Y también señala prestarle mayor atención en el escenario internacional. El historial de derechos humanos del gobierno de China ha sido examinado bajo el sistema de Examen Periódico Universal en sucesivas ocasiones. Y China ha sido sometida a rigurosos interrogatorios sobre sus violaciones de los derechos humanos en el Tíbet resaltados en los informes de estos grupos de trabajo.
Asimismo, en la 57ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas celebrada en setiembre de este año en la ciudad suiza de Ginebra, el delegado representante de la Unión Europea reiteró su preocupación por la espiral descendente de la situación de los derechos humanos en Tíbet. La declaración del representante destacó la represión, acoso, intimidación y vigilancia que enfrentan defensores de derechos humanos, abogados, periodistas, trabajadores de los medios de comunicación, escritores e intelectuales, incluso a nivel transnacional. Además, una declaración conjunta emitida por los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete (G7), una agrupación de siete de las economías más avanzadas del mundo, en noviembre de este año, en Italia, expresó preocupación y destacó la falta de derechos humanos en el Tíbet y otras regiones.
Para arrojar luz sobre la situación real en el Tíbet, deseamos expresar nuestro más sincero agradecimiento a la comunidad internacional. También deseamos reiterar nuestro llamamiento al gobierno de China para que cambie su actitud en estos temas y dé al pueblo tibetano su libertad y derechos humanos.
Con el fin de crear conciencia sobre el problema del Tíbet en todo el mundo, el Parlamento Tibetano en el Exilio tiene un programa en curso para las delegaciones de grupos que realizan actividades de cabildeo. Las visitas con tales fines se han llevado a cabo en Europa con delegaciones de diputados del Parlamento en el exilio, a Bélgica, Suiza, Francia, Alemania, República Checa, Luxemburgo, así como a los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia. En ellas se ha visto a los delegados del Parlamento tibetano en el exilio celebrando reuniones con los presidentes y vicepresidentes parlamentarios, los miembros de las comisiones parlamentarias de Asuntos Exteriores, los miembros de las Comisiones Superiores y cámaras bajas de los parlamentos, enviados extranjeros, miembros del Grupo de Apoyo al Tíbet, personalidades públicas, representantes de organizaciones no gubernamentales y muchos otros. En estas reuniones, los miembros de la delegación hablaron sobre la situación en el Tíbet, lo grave de la misma, en particular sobre los presos políticos y los derechos humanos, e hicieron llamamientos de apoyo en estos temas. Aparte de eso, las discusiones también se han centrado en las formas de consolidar los esfuerzos para llevar adelante la lucha del pueblo tibetano. Asimismo, en noviembre de este año, el presidente de la Cámara de Representantes del Parlamento Tibetano en el Exilio encabezó una delegación a Inglaterra y Escocia con el fin de cultivar las relaciones políticas. Durante la visita a Inglaterra, se mantuvieron reuniones con varias personalidades eminentes, como el presidente de la Cámara de los Comunes, así como miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento. Fueron informados sobre el tema del Tíbet y las visitas fueron un gran éxito. Aprovechamos la oportunidad que nos brinda esta ocasión para expresar nuestro agradecimiento a todos los que han hecho posible nuestros encuentros con la personas eminentes en estos países y que facilitaron nuestros trabajos allí.
Aparte de eso, también queremos expresar nuestro agradecimiento a los gobiernos, parlamentos, así como a las organizaciones no gubernamentales, incluidas, en particular, el gobierno y el pueblo de nuestro país anfitrión, la India, los Estados Unidos de América y a Europa y a otros miembros de la comunidad internacional por su firme apoyo a la cuestión del Tíbet, en los campos de la religión, la cultura y el idioma.
Para concluir, ofrecemos oraciones por el cumplimiento de nuestro ardiente deseo de que Su Santidad el Dalai Lama, el victorioso, pueda vivir cien eones, para que todos sus grandes deseos se vean realizados espontáneamente, para que la paz se vea fortalecida en todo el mundo y el pueblo tibetano en el Tíbet y en el exilio pueda ser visto reunificado sobre la base de una rápida resolución del conflicto sino-tibetano.
El Parlamento Tibetano en el Exilio
10 diciembre 2024
* En caso de discrepancia entre esta traducción y su original tibetano, este último debe ser considerado como autoritario y definitivo a todos los efectos.
Traducción al español por Aloma Sellanes tibetpatrialibre.org