Su Santidad el Decimocuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso, es el jefe de estado temporal y líder espiritual del pueblo tibetano. Nació el 6 de julio de 1935, en una pequeña villa llamada Taktser situada en el noreste de Tíbet, y fue llamado Lhamo Dhondup. Nacido en una familia campesina, Su Santidad fue reconocido a los 2 años de edad, de acuerdo con la tradición tibetana, como la reencarnación de su predecesor el 13º Dalai Lama. Su Santidad es una encarnación de Avalokitesvara, el Buda de la Compasión.
Educación en Tíbet
Su Santidad empezó su educación a los 6 años y terminó el grado Geshe Lharampa (Doctorado en Filosofía Budista) a los 25 años de edad, en 1959. (A los 24 años, rindió los exámenes preliminares en cada una de las tres Universidades Monacales: Drepung, Sera y Ganden, en las afueras de Lhasa, la capital tibetana). El examen final tuvo lugar en el Templo Jokhang, Lhasa, durante el Monlam Chenmo o el Gran Festival de Oración, que se realiza el primer mes de cada año, según el calendario tibetano. Por la mañana fue examinado por 30 eruditos en lógica; por la tarde, debatió con 15 expertos sobre la Vía Media, y al final de la tarde, 35 entendidos pusieron a prueba su conocimiento sobre el canon de la disciplina monástica y el estudio de la metafísica. Su Santidad aprobó el examen con honores, y éste fue realizado ante la presencia de 20.000 estudiantes monásticos. Además de los temas budistas, él estudió inglés ciencias, geografía y matemáticas.
Responsabilidades de Liderazgo
El 17 de noviembre de 1950, Su Santidad fue llamado a asumir el completo poder político (Jefe de Estado y Gobierno) cuando Tíbet fue amenazado por el poder de China. En 1954, viajó a Beijing para sostener conversaciones de paz con Mao Tse-tung y otros lideres chinos, incluyendo Chou En-Lai y Deng Xiaoping. En 1956, mientras visitaba India para atender el 2500º Aniversario del nacimiento del Buda, tuvo una serie de encuentros con el Primer Ministro Nehru y el Premier Chou acerca de las deterioradas condiciones en Tíbet.
Sus esfuerzos por lograr una solución pacífica al conflicto sino-tibetano se vieron frustrados por la cruel política de Beijing en el este de Tíbet, la cual provocó un levantamiento popular. Este movimiento de resistencia se extendió hacia otras partes del país, y el 10 de marzo de 1959, la capital de Tíbet, Lhasa, explotó con la mayor manifestación de toda la historia de Tíbet, llamando a China a abandonar el Tíbet y reafirmando la independencia de éste. Su Santidad escapó hacia India donde le fue dado asilo político; alrededor de 80.000 refugiados tibetanos siguieron a Su Santidad hacia el exilio. Actualmente hay más de 120.000 refugiados en India, Nepal, Bután y Occidente. Desde 1960, Su Santidad reside en Dharamsala, una pequeña ciudad en el norte de India, conocida como la “Pequeña Lhasa,” siendo la base del Gobierno Tibetano en el exilio.
En los primeros años de exilio, Su Santidad apeló a las Naciones Unidas por el tema de Tíbet, resultando esta gestión en tres resoluciones adoptadas por la Asamblea General en los años 1959, 1961 y 1965, llamando a China a respetar los derechos humanos de los tibetanos y su derecho a autodeterminación.
Con el restablecimiento del Gobierno Tibetano en India, Su Santidad vio que su más urgente e inmediata tarea era preservar la cultura tibetana. Él fundó 53 asentamientos agrícolas a larga escala destinados a la vivienda de los refugiados. Al desarrollarse una base económica, él previó la creación de un sistema escolar tibetano autónomo (hoy en día hay más de 80 escuelas tibetanas en India y Nepal) para educar a los niños refugiados con completo conocimiento de su lengua, historia, religión y cultura. El Instituto Tibetano de Artes Teatrales fue establecido en 1959, mientras que el Instituto Central de Estudios Tibetanos Avanzados se transformó en una universidad para los tibetanos en India. Su Santidad inauguró varios institutos culturales para preservar las artes y ciencias de Tíbet, y ayudó a restablecer más de 200 monasterios para preservar la vasta fuente de enseñanzas del Budismo Tibetano, esencia del espíritu tibetano.
En 1963, Su Santidad promulgó una constitución democrática, basada en los principios budistas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como modelo para un futuro Tíbet libre. Desde entonces, Su Santidad ha sido el defensor más riguroso del propio experimento democrático de los refugiados, mientras que consistentemente reafirma su deseo de no mantener ningún cargo político una vez que Tíbet recupere su independencia. Su Santidad continúa presentando nuevas iniciativas para resolver el tema de Tíbet.
Ante la Asamblea por los Derechos Humanos del Congreso de Estados Unidos en 1987, él propuso un Plan de Paz de Cinco Puntos como un primer paso hacia la resolución de la futura situación de Tíbet. Este plan hace un llamado para que el Tíbet sea designado como una zona de no-violencia, y el término del masivo traslado de población china hacia Tíbet, la restauración de los más fundamentales derechos humanos y libertades democráticas, y el abandono del uso de Tíbet por parte de China para la producción de armamento nuclear y vertedero de basura nuclear, así como también la urgencia de “negociaciones serias” sobre el futuro de Tíbet.
En Estrasburgo, Francia, el 15 de junio de 1988, él se explayó sobre el Plan de Paz de Cinco Puntos y propuso la creación de un Tíbet democrático de libre gobierno, “en asociación con la República Popular China”. En su discurso, el Dalai Lama dijo que éste representaba “la vía más realista para restablecer la identidad separada de Tíbet y recuperar los derechos fundamentales del pueblo tibetano, ajustándose a los propios intereses de China”. Su Santidad enfatizó que “cual sea el resultado de las negociaciones con China, los tibetanos mismos han de ser la autoridad última y determinante”.
Sin embargo, el 2 de setiembre de 1991 (Día de la Democracia en Tíbet), el Gobierno Tibetano en el exilio comunicó públicamente que la Propuesta de Estrasburgo se declaraba no valida y agregó : “Su Santidad el Dalai Lama dejó muy en claro en su declaración del 10 de marzo de este año que dada la actitud cerrada y negativa del actual liderazgo chino, él sentía que su compromiso personal con las ideas expresadas en la Propuesta de Estrasburgo quedaban sin efecto, y que si no había nuevas iniciativas de parte de China, él se considera libre de cualquier obligación ante las proposiciones que había hecho en su discurso en Estrasburgo. No obstante, él permanece firmemente comprometido con el camino de la no-violencia y a encontrar una solución al problema tibetano mediante negociaciones y entendimiento. Bajo estas circunstancias Su Santidad el Dalai Lama ya no se siente obligado a seguir la Propuesta de Estrasburgo como base para encontrar una solución pacífica al problema tibetano”.
Contacto con Occidente y Oriente
Desde 1967, Su Santidad inició una serie de viajes que le han llevado a más de 42 naciones. En febrero de 1990, Su Santidad fue invitado a Checoslovaquia por el Presidente Vaclav. El Presidente Havel y su Santidad emitieron una declaración conjunta instando “a todos los políticos a liberarse de las restricciones de intereses privados o sectoriales, y conducir sus mentes según su conciencia, sentir y responsabilidad para con la verdad y la justicia”. En 1991 su Santidad se reunió con el Presidente George Bush de los Estados Unidos, Neil Kinnock, líder de oposición británico, los Ministros de Relaciones Exteriores de Suiza y Francia, el Canciller y Presidente de Austria, como también otros oficiales gubernamentales extranjeros de alto rango. En reuniones con líderes políticos, religiosos, culturales y comerciales, como también ante grandes audiencias en universidades, iglesias, municipios, él ha hablado de su creencia en la unidad de la familia humana y la necesidad de cada individuo de desarrollar un sentido de responsabilidad universal Su Santidad dijo, “Hoy estamos viviendo en un mundo interdependiente. Los problemas de una nación ya no pueden ser resueltos por ella. Sin un sentido de responsabilidad universal, nuestra propia sobrevivencia está en peligro. Básicamente, la responsabilidad universal es sentir por el sufrimiento de otros, lo mismo que sentimos por el nuestro. Siempre he creído en la necesidad de un mejor entendimiento, una cooperación más cercana y un mayor respeto entre las distintas naciones del mundo. Además, siento que el amor y la compasión son el material moral de la paz mundial”.
Su Santidad tuvo un encuentro con el Papa Pablo VI en el Vaticano el año 1973, y con Su Santidad el Papa Juan Pablo II en el Vaticano en 1980, 1982, 1986, 1988 y 1990. En una conferencia de prensa en Roma, Su Santidad el Dalai Lama subrayó sus esperanzas de reunirse con Juan Pablo II: “Vivimos en un período de gran crisis. No es posible encontrar la paz sin seguridad y armonía entre los pueblos. Por esta razón, albergo fe y esperanza por mi encuentro con el Santo Padre, para un intercambio de ideas y sentimientos, y sus sugerencias, para abrir la puerta a una progresiva pacificación entre las personas.”
Además en 1981, tuvo oportunidad de dialogar con el Arzobispo de Canterbury, Dr. Robert Runcie, y con otros lideres de la Iglesia Anglicana en Londres. También sostuvo encuentros con lideres de las comunidades Católica Romana y Judía, y habló en un servicio interreligioso realizado en su honor por el Congreso Mundial de Religiones. En octubre de 1989, durante un diálogo con ocho rabinos y eruditos de los Estados Unidos en Dharamsala, India, Su Santidad enfatizó: “Cuando nos volvimos refugiados, sabíamos que nuestra lucha no sería fácil; tomaría largo tiempo, generaciones. A menudo nos referíamos a los judíos, cómo mantuvieron su identidad y fe a pesar de la dificultad y tanto sufrimiento. Y, cuando las condiciones externas estuvieron maduras, ellos estaban listos para reconstruir su nación. Entonces, como ven, hay muchas cosas que aprender de nuestros hermanos y hermanas judíos”.
Sus charlas en otros foros se enfocaron en la comunión de creencias y la necesidad de unidad entre las distintas religiones: “Siempre he creído que es mucho mejor el tener una variedad de religiones, una variedad de filosofías, que una única religión filosófica. Esto es necesario dadas las diferentes disposiciones mentales de cada ser humano. Cada religión tiene sus particulares ideas o técnicas, y el aprender acerca de ellas sólo puede enriquecer nuestra propia fe.”
Reconocimientos y Premios
Desde su primera visita a Occidente en 1973, la reputación de Su Santidad como un erudito y hombre de paz ha crecido sin cesar. En los años recientes, un gran número de universidades e instituciones en el mundo le han otorgado Premios de la Paz y Doctorados Honoríficos en reconocimiento a los distinguidos escritos de Su Santidad sobre la Filosofía Budista, y por su liderazgo al servicio de la libertad, paz y no-violencia. Uno de estos Doctorados fue conferido por la Universidad Seattle, Washington, Estados Unidos.
El siguiente extracto de la cita de la universidad refleja una visión ampliamente sostenida del nivel de su Santidad: “En el reino de la mente y el espíritu, usted se ha distinguido en la rigurosa tradición académica de las universidades budistas, obteniendo el grado de Doctor con los más altos honores a los 25 años. No obstante, entre los asuntos gubernamentales y diplomáticos, usted ha encontrado el tiempo para enseñar y registrar por escrito sus profundas apreciaciones en filosofía y el significado de la vida contemplativa en el mundo moderno. Sus libros representan una importante contribución no sólo para el vasto cuerpo de literatura budista, sino para el diálogo ecuménico de las grandes religiones del mundo. Su propia dedicación a la vida contemplativa de monje budista ha ganado la admiración de no sólo los budistas, sino de los contemplativos cristianos también, incluyendo al monje Thomas Merton, cuya amistad y diálogo con usted fueron mutuamente apreciados”.
Al presentar el Premio por los Derechos Humanos ‘Raoul Wallengerg’, otorgado por el Congreso, el congresista de los Estados Unidos, Tom Lantos dijo, “La valiente lucha de Su Santidad el Dalai Lama le ha distinguido como líder de los derechos humanos y la paz mundial. Sus esfuerzos permanentes por acabar con el sufrimiento del pueblo tibetano a través de negociaciones pacíficas y la reconciliación, han requerido de enorme coraje y sacrificio.”
El Premio Nobel de la Paz
La decisión del Comité Noruego del Premio Nobel al otorgar el Premio de la Paz 1989 a Su Santidad el Dalai Lama, obtuvo elogios y aplausos en todo el mundo, con excepción de China. En su cita expresa, “el comité desea enfatizar el hecho de que, el Dalai Lama en su lucha por la liberación del Tíbet, se ha opuesto consistentemente al uso de la violencia. En cambio, él ha abogado por soluciones pacíficas basadas en la tolerancia y el respeto mutuo para preservar el bagaje cultural e histórico de su pueblo. El Dalai Lama ha desarrollado su filosofía de paz desde un gran respeto por todos los seres vivientes y sobre el concepto de responsabilidad universal que abraza toda la humanidad, como también la naturaleza. En opinión del comité, el Dalai Lama ha presentado propuestas constructivas y de avanzada para la solución de conflictos internacionales, temas de derechos humanos y problemas de medioambiente global”.
El 10 de diciembre de 1989, en Oslo, Noruega, Su Santidad aceptó el premio en nombre de los oprimidos en cualquier lugar, y de todos aquellos que luchan por la libertad, trabajan por la paz mundial y el pueblo de Tíbet. En su comentario él dijo, “El premio reafirma nuestra convicción de que con verdad, coraje, y determinación como armas, Tíbet será liberado. Nuestra lucha debe permanecer libre de violencia y odio.”
Él tuvo también un mensaje de ánimo para el movimiento por la democracia en China: “En China el movimiento popular por la democracia fue aplastado con fuerza brutal en junio de este año. Pero no creo que las demostraciones fueran en vano, porque el espíritu de libertad fue revivido entre la gente china, y China no puede escapar al impacto de este espíritu de libertad esparcido por muchas partes del mundo. Los valientes estudiantes y aquellos que les apoyan, le mostraron a los lideres chinos y al mundo, la cara humana de esta gran nación.”
Un Simple Monje Budista
Su Santidad a menudo dice, “Yo soy sólo un Simple Monje Budista – ni más, ni menos.” Su Santidad ha seguido la vida de un monje budista. Viviendo en un pequeño complejo en Dharamsala, se levanta a las 4 de la mañana para meditar, sigue una ocupada agenda de reuniones administrativas, audiencias privadas, enseñanzas y ceremonias religiosas. Él concluye cada día con más oraciones antes de retirarse. Al explicar sus grandes fuentes de inspiración, a menudo cita su verso favorito, encontrado en los escritos del reconocido santo budista, Shantideva:
“Mientras perdure el espacioy
mientras existan los seres vivos,
hasta entonces, pueda yo también continuar
para disipar la miseria del mundo”