LA EDUCACIÓN EN EL TÍBET OCUPADO POR CHINA
El avasallador objetivo de la política educacional de Beijing en Tíbet es infundir lealtad hacia la “Gran Patria” y el Partido Comunista. Hablando en la Conferencia sobre Educación en la “RAT” (Región Autónoma de Tíbet) en Lhasa en 1994, el entonces Secretario Regional del Partido, Chen Kuiyuan, dijo:
El éxito de nuestra educación no radica en el número de diplomas emitidos para los graduados de la universidad, colegios… y escuelas secundarias. Yace en el análisis final, en si nuestros graduados se rechazan o vuelcan sus corazones hacia la Pandilla del Dalai, y en si son leales o no a nuestra gran patria y la gran causa socialista…
Esta política ha dejado ciegas a las autoridades ante un número de temas centrales relacionados con el desarrollo del recurso humano en el altiplano. A pesar de la proclamación de las autoridades de “haberse encargado durante las últimas décadas de desarrollar la educación popular y masiva en Tíbet”, la educación – base para el desarrollo de los recursos humanos – siempre ha sido puesta al final de los programas prioritarios.
Antes de 1959, en el Tíbet independiente, más de 6.000 monasterios y conventos funcionaban como centros de alfabetización. Además, Tíbet tenía muchos colegios laicos dirigidos por el gobierno, como también por particulares. El Partido Comunista Chino etiquetó estos centros tradicionales de aprendizaje, como fuentes de “fe ciega” y campos que nutren la “opresión feudal”. Por lo tanto, fueron objetos de ataque y clausura inmediatamente después de la “liberación” de Tíbet.
En su lugar, las autoridades forzaron a los tibetanos hacia áreas agrícolas y de pastoreo para establecer escuelas subvencionadas por personas, conocidas como mangtsuk lobdra. Ni un solo centavo de las concesiones gubernamentales se gastó en estos colegios y la mayoría de ellos no podría calificarse como colegios según las normas internacionales. Pero estos institutos sí servían para crear estadísticas impresionantes útiles a los propósitos de propaganda de China. Esto se refleja claramente en las siguientes declaraciones de tres sociólogos chinos:
Sólo existen 58 colegios de nivel medio (en la “RAT”). De ellos sólo 13 son verdaderos colegios medios. En conjunto, hay solamente 2.450 escuelas primarias en Tíbet. De ellos, sólo 451 son subvencionados por el gobierno. Más de 2.000 de estos colegios reciben fondos de particulares. Estos colegios no tienen una buena base y no están equipados adecuadamente. El nivel de educación es totalmente cero o extremadamente bajo. Por lo tanto, las habilidades científicas han de descartarse de ellos. Actualmente, el 90 % de los granjeros y pastores no reciben una educación de nivel medio inferior (penúltimo curso antes de la secundaria).
Considerando esto, el hablar de una educación de colegio medio superior y de universidad, es como pedirle a la gente que coma bien cuando no se cuenta con ni un grano de alimento. Sólo el 45% de los niños en edad de asistir al colegio, van a un colegio primario. De ellos el 10.6% se las arregla para graduarse del colegio medio inferior. En otras palabras, el 55% de los niños no reciben siquiera la educación de nivel primario. En toda la “RAT”, hay más de 9.000 profesores de varios niveles, muchos menos que el número real requerido. Cincuenta por ciento de estos maestros no están lo suficientemente calificados. La igualdad entre las nacionalidades sólo llegará si esta situación es modificada y mejorada.
En los años 80, la política liberalizada de Beijing alentó un ambiente favorable para el desarrollo de un sistema educacional para satisfacer las necesidades de los tibetanos. Infortunadamente, los intereses económicos y estratégicos de China en ese momento condujeron a una disminución de los fondos estatales para la educación. Como resultado, la década vio el cierre del 62% de colegios primarios y la disminución del número de estudiantes en un 43%.
En los años 90, a la “RAT” se le asignó más dinero para educación por haber sido declarada Zona Económica Especial. Y en 1994, Beijing adoptó una política de educación obligatoria para la “RAT”. Pero la asignación del presupuesto para educación fue principalmente a los colegios estatales (Shung-tsuk lobdra), en donde predominan los estudiantes chinos. Los colegios en las áreas rurales – donde vive la mayoría de los tibetanos – continuaron siendo desatendidos. Qun Zeng, el vicedirector de la Comisión de Educación de la “RAT” dijo:
Existen demasiados colegios rain ban (errata: esto debe ser ming ban, significando “colegios subvencionados por particulares”), demasiados cursos inferiores, una proporción demasiado alta de abandono de escolaridad, y un número muy bajo completa el colegio primario [wan quan xiao xue]. Por ejemplo, hay un total de 2.800 colegios primarios en la región, de los cuales 1.787 o el 74.5 %, son colegios primarios rain ban (léase ming ban) con instalaciones muy deficientes y maestros de baja calidad, y los que pueden ofrecer solamente el primer o segundo grado de escolaridad. Aproximadamente, de los 500 colegios primarios existentes subvencionados por el gobierno (gong ban), más de la mitad puede ofrecer solamente los primeros grados de escolaridad debido a las limitaciones de instalaciones y profesorado. Sólo existen alrededor de 100 colegios primarios completos, realmente capacitados para ofrecer los seis grados de la educación elemental, y la mayoría de ellos están ubicados en ciudades y ayuntamientos que están por sobre el nivel estructural y administrativo del condado, mientras que pocos se encuentran en los distritos agrícolas y de pastoreo. En promedio, hay menos de un colegio primario completo por cada uno de los 897 ayuntamientos de la región, con la implicancia de que, aproximadamente, sólo un 60.4% de los niños en edad escolar están en el colegio – la tasa más baja en toda China.
Además con el masivo flujo de inmigrantes chinos al altiplano, las necesidades lingüísticas y culturales de los niños chinos han influenciado el sistema educacional – particularmente, a nivel secundario y universitario – de manera que el idioma chino ha superado al tibetano como medio para la escolaridad.
La evolución de la educación de Tíbet en el año 1990 puede estimarse a partir de la situación de “educación masiva” en la prefectura de Chamdo – una de las regiones más afluentes de la “RAT”. Un artículo de Shang Xioling, reportero para la radio “RAT”, y Tang Ching, reportero especial sobre la educación de la “RAT”, presenta un análisis de las condiciones de la educación en Chamdo y sus alrededores. Su artículo, titulado “Notas sobre la triste historia de la educación en Chamdo”, fue publicado en la edición del 15 de julio de 1993 de uno de los periódicos en chino de Chamdo.
Los autores revelaron que de los 110.000 niños en edad escolar en Chamdo, más de 70.000 (63.64%) no tenían oportunidad de educación. Ellos informaron que la tasa de analfabetismo y semi-alfabetismo de la prefectura de Chamdo era de 78.8%. Shang y Tang escribieron eso a pesar de que declararon que la tasa promedio de inscripción escolar en la “RAT” era de 60.4%, y la tasa de inscripción en la prefectura de Chamdo era sólo de 34%.
Estas revelaciones por parte de Shang y Tang exponen la dudosa calidad de las estadísticas del gobierno chino. Si Chamdo – como una de las áreas más altamente desarrolladas en la “RAT” – tenía una tasa de matrícula de sólo 34%, el promedio de la “RAT” en el mismo período no podía llegar a 60.4%. Además, lo que las autoridades no reconocen es que la “RAT” y otras áreas tibetanas de Qinghai (Amdo) y Sichuan (Kham), aún se encuentran al final del índice educacional de China – incluso inferior a Guizhou, la provincia más atrasada de China.
Según el Cuarto Censo Nacional de China en 1990, sólo 0.29% de los tibetanos tenía una educación de nivel colegial; 1.23% escolaridad media superior; 2.47% escolaridad media inferior; y 18.52% educación escolar primaria. El promedio nacional de China fue 1.42% con educación de nivel colegial, 8.04% escolaridad media superior, y 37.06% educación escolar primaria.
El informe del censo mostró que 62.85% de la población productiva (entre los 15-40 años) era analfabeto o semi-alfabeto, y 84.76% de mujeres en la fuerza laboral era analfabeta o semi-alfabeta. Entre los tibetanos empleados en el sector industrial público de la “RAT”, el 80% era analfabeto o semi-alfabeto. El Quinto Censo Nacional de China se llevó a cabo el 1 de noviembre del 2000, pero la información estadística aún no se encuentra disponible.
Preparando las Herramientas Políticas
A fines de los 90, más de un tercio de los estudiantes secundarios tibetanos de la “RAT” fueron enviados a educarse en China. Sólo en el Colegio Medio ‘Tíbet’ en Beijing, hay alrededor de 1.000 estudiantes tibetanos – 760 en programas de enseñanza inferior y 200 en secundarios. Los estudiantes fueron a china para tomar cursos de siete años; van a casa solamente una vez de vacaciones. La idea de enviar la juventud más brillante de Tíbet a China es para prepararlos como herramientas para el control político de China en Tíbet.
Los tibetanos con todo derecho resienten esto como una política que apunta a eliminar su identidad y cultura. El anterior Panchen Lama afirmó que el educar a los niños tibetanos en China sólo tendría el efecto de alejarlos de sus raíces culturales. De igual forma, un oficial tibetano en la “RAT” dijo que “el objetivo al establecer colegios secundarios tibetanos en el centro de China es asimilar la próxima generación tibetana”.
En 1994 había 13.000 tibetanos inscritos en 104 colegios repartidos en veintiséis provincias chinas. La mayoría de estos son escuelas normales chinas con clases especiales diseñadas para los tibetanos. Sin embargo, 18 de ellos están conformados totalmente como “Colegios Tibetanos Secundarios”; tres de ellos, ubicados en Beijing, Chengdu y Tianjin – tienen programas secundarios inferiores y superiores, mientras que el resto cuenta sólo con programas secundarios inferiores. Setenta y cinco por ciento de los tibetanos que se gradúan de estos colegios secundarios inferiores fueron enviados a escuelas técnicas secundarias.
Dicho programa educacional elitista consume una gran parte del presupuesto anual para educación, mientras que la asignación para el Tíbet rural ni siquiera proporciona la educación básica adecuada. Entre 1984 y 1991, la “RAT” gastó 53 millones de yuan en los estudiantes tibetanos secundarios en China. Sólo en 1994, la “RAT” fijó un presupuesto de 1.050 yuan para cada estudiante tibetano secundario en China.
Erradicando el Idioma Tibetano
Entre 1959 y 1979 la campaña comunista para destruir las “Cuatro Costumbres Antiguas” sentenció el idioma tibetano a ser eliminado. Sin embargo, en 1980 Beijing dio pasos positivos para promover la alfabetización en el idioma tibetano y estructuró un sistema educacional que respondía a las necesidades de la gente tibetana.
En 1987 el Congreso Popular de la “RAT” en Lhasa aprobó una legislación que definía el Tibetano como el medio de instrucción en la escuela primaria, y estipulaba que el idioma chino se debía introducir solamente a partir de los nueve años de edad. La legislación prometía establecer colegios tibetanos secundarios medios e inferiores en la “RAT” en 1993, y ofrecer más cursos universitarios en Tibetano luego después del año 2000. Pero esta política permaneció sin implementarse debido a una aguda escasez de fondos, y luego, debido a la falta de voluntad política. Como resultado, el idioma tibetano continuó siendo marginado, produciendo preocupación por su propia sobrevivencia entre los tibetanos.
En 1988, el anterior Panchen Lama comentó al hablar ante la primera reunión del Instituto de Tibetología de China en Beijing:
El país, que se administró bien por sí mismo durante 1.300 años, desde el siglo diecisiete, perdió su idioma después de haber sido liberado. Ya sea que permanecimos atrasados o cometimos errores, nosotros administramos nuestra vida sobre el altiplano más alto del mundo utilizando solamente el Tibetano. Teníamos todo escrito en nuestro propio idioma, fuese Budismo, artes, astronomía, poesía, lógica. Todos los trabajos administrativos también se hacían en tibetano. Cuando el Instituto de Tibetología se fundó, yo hablé en el Palacio Popular y dije que los estudios tibetanos debían basarse en la propia religión y cultura de Tíbet. Hasta ahora hemos subestimado estos temas… No ha de ser el propósito deliberado del partido permitir que la cultura tibetana muera, pero me pregunto si el idioma tibetano sobrevivirá o será erradicado.
En 1992 el Prof. Dungkar Lobsang Trinley – una de las figuras culturales e intelectuales líder del Tíbet moderno, quien también fue reconocido por el liderazgo chino como un “tesoro nacional” – dijo que “en vez de declarar el Tibetano como la primera lengua a usar en todas las oficinas y reuniones gubernamentales, y en la correspondencia oficial, el Chino se ha usado en todas partes como el idioma de trabajo”. Él afirmó que esta situación significó que los tibetanos perdieran el control sobre su propio destino. El Prof. Dungkar continuó diciendo, “Toda esperanza en nuestro futuro, todo otro desarrollo, identidad cultural y protección de nuestra herencia depende de éste (el idioma Tibetano). Sin gente educada en estos campos, capaz de expresarse en su propio idioma, los tibetanos están en peligro de ser asimilados. Hemos llegado a ese punto”.
Dherong Tsering Dhondup, otro erudito en Tíbet, presentó otra preocupación similar después de dirigir una investigación detallada de la situación del idioma Tibetano en muchas partes del este de Tíbet, hoy partes de la provincia china de Sichuan.
En su informe, publicado a principios de los 90, Dherong escribió que de 6.044 tibetanos miembros del partido y oficiales en los nueve distritos que conforman la Prefectura Autónoma Tibetana de Karza, sólo 991 eran letrados en Tibetano. De igual forma, la mayoría de los 25 estudiantes tibetanos en un curso en Dhartsedo no podía hablar nada de Tibetano. Dheron citó tres razones principales para esto: la primera, dijo, es la política chauvinista del gobierno chino que acelera el proceso de influencia china; la segunda es la noción de que el Tibetano es un idioma inútil en la sociedad actual; y tercera, el complejo de inferioridad sufrido por los tibetanos, el que inhibe su iniciativa para proteger su propio lenguaje.
Al explayarse sobre las políticas chauvinistas de Beijing, Dherong escribió que la era socialista clama por los esfuerzos conjuntos para promover todas las nacionalidades y no destruir ninguna nacionalidad en particular. La constitución china garantiza a cada nacionalidad la libertad de administrar su propia educación, ciencia, cultura, salud e higiene, y el derecho a proteger la herencia cultural de la nacionalidad. Sin embargo, él reclama, estos derechos abrigados constitucionalmente, nunca se han implementado totalmente para los tibetanos.