Por Tsewang Phuntso
Viernes, 08 de septiembre 2011
Veinte años atrás, en 1989, Su Santidad el Dalai Lama visitó Costa Rica y México, en lo que fue su primera visita a Latinoamérica. Ante la invitación del entonces presidente de Costa Rica, Dr.Oscar Arias Sánchez, Su Santidad participó en la conferencia “En Busca del Verdadero Significado dela Paz”, organizado porla Universidaddela Paz.Durantelas dos visitas, Su Santidad fue recibido por los presidentes Dr.Oscar Arias Sánchez y Carlos Salinas de Gortari de Costa Rica y México respectivamente. La visita de Su Santidad dio nacimiento a dos nuevas organizaciones o centros de estudio:la AsociaciónCulturalTibetano-Costarricense y Casa Tíbet México, las que han crecido hasta ser muy bien conocidas en sus respectivos países.
La visita a Costa Rica impresionó particularmente a Su Santidad por la desmilitarización del país. De hecho, más tarde ese mismo año, después de que Su Santidad recibiera el Premio Nobel dela Paz, lo mencionó durante su discurso de aceptación en Oslo, el 11 de diciembre de 1989.
“Cuando visité Costa Rica este año, vi como un país puede desarrollarse exitosamente sin un ejército, convertirse en una democracia estable comprometida con la paz y la protección del entorno natural. Esto confirmó mi creencia que mi visón del Tíbet en el futuro es un plan realista, no meramente un sueño”
También impresionado con la misión dela Universidaddela Pazy su énfasis sobre los valores humanos y entendimiento de la tolerancia, Su Santidad destinó parte del dinero de su premio Nobel dela Paz, ala Universidad.
Entre otras cosas, la primera visita de Su Santidad a México fue significativa en enfatizar la armonía y la diversidad. Su Santidad fue recibido por el entonces cardenal de México, Ernesto Corripio Ahumada, enla CatedralNacionalde México para participar en una oración ecuménica por la paz. Él también visitóla Basílicade Guadalupe y las ruinas arqueológicas de Teotihuacan, pertenecientes ala Américapre colombina.
Este comienzo auspicioso marcó la primera de varias importantes visitas de Su Santidad a Centro y Sudamérica durante los siguientes 22 años, y el desarrollo de una cercana relación entre Su Santidad y la gente de América Latina.
En 1992, cuando Su Santidad retornó a Latinoamérica para dirigirse ala Conferenciade las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (UNCED por sus siglas en inglés) que se realizó en Río de Janeiro, Brasil, él también visitó Argentina, Chile y Venezuela y se reunió con los presidentes Carlos Menem de Argentina y Patricio Aldwyn de Chile. Su Santidad dio una serie de enseñanzas y charlas en los cuatro países.
La siguiente visita de Su Santidad a Latinoamérica tuvo lugar después de siete años, en abril de 1999, otra vez a Brasil, Argentina y Chile. En Brasil, junto con Río de Janeiro y la sureña ciudad de Curitiba, Su Santidad también visitó Brasilia, la ciudad capital, donde se dirigió al senado brasileño y se reunió con Fernando Henrique Cardoso. En Argentina, Su Santidad fue formalmente recibido como ciudadano honorable de la ciudad, por el entonces Jefe del Gobierno de Buenos Aires, Fernando de la Rua.Ademásde sus charlas en varias universidades y enseñanzas a budistas, Su Santidad también se dirigió al Congreso argentino donde hizo un llamado por el entendimiento y la promoción de los derechos humanos. En Chile, Su Santidad se reunió con el presidente Eduardo Frei y se dirigió a la AsambleaNacionalde Diputados en la ciudad portuaria de Valparaíso.
En 2004, luego de un intervalo de 15 años, Su Santidad retornó a América Central y México. En El Salvador, Guatemala y Costa Rica, Su Santidad fue formalmente recibido por los respectivos gobiernos.
El pueblo tibetano ha estado por mucho tiempo particularmente agradecido a El Salvador por su apoyo al Tíbet en foros internacionales. Cuando las dificultades actuales de Tíbet comenzaron en 1950, El Salvador fue el primer país en llevar el asunto a la atención dela AsambleaGeneralde las Naciones Unidas. Más tarde en 1959, 1960 y 1965, cuando la cuestión de Tíbet fue finalmente debatida enla AsambleaGeneraldela ONU, El Salvador, esa vez acompañado por varios países latinoamericanos, tuvo una postura firme en defensa de los derechos del pueblo tibetano.
En México, Su Santidad se dirigió a los diputados nacionales, dio una charla pública a una audiencia masiva en el Auditorio Nacional y brindó una conferencia enla UniversidadNacionalAutónoma de México, la más grande universidad pública de Latinoamérica. Él también asistió a un muy emotivo e inspirador servicio interreligioso enla CatedralNacionalinvitado por el Cardenal Norberto Rivera Carrera. Durante la visita, el ministro del Interior, Santiago Creel recibió a Su Santidad en nombre del presidente Vicente Fox. En su mensaje de bienvenida emitido por la televisión, el Presidente Foz dijo que el líder budista había arribado a México “con un mensaje de unidad, de paz y de espiritualidad”.
Durante estas visitas realizadas durante las pasadas dos décadas, Su Santidad ha tenido contacto personal con muchas personas de la región. Él tiene muy gratos recuerdos de sus visitas y del intercambio con los latinoamericanos. Su Santidad dijo: “en general, encuentro que la gente de Latinoamérica es como mi propia gente, los tibetanos, profundamente religiosos, humildes y compasivos”.
En 2006, en su última visita a la región, Su Santidad hizo un recorrido por Brasil, Argentina, Chile, Perú y Colombia. Durante esta extensa visita, Su Santidad no tuvo encuentros oficiales pero en cambio dio charlas a enormes audiencias en los cinco países. Tanto en San Pablo, Buenos Aires, Santiago, Lima y Bogotá, Su Santidad colmó auditorios hablando del Poder dela Compasión, Sabiduría y Compasión, Ciencia y Espiritualidad y Cultivo de la de Paz a través del Cambio Interior. También asistió a servicios y diálogos interreligiosos en los cinco países y se dirigió a intelectuales y hacedores de opinión así como a jóvenes líderes. En Perú, Su Santidad visitó la antigua capital inca, Cusco, y participó en una tradicional ceremonia andina y dio una charla enfatizando la importancia de combinar antiguas creencias con modernas ideas.
Durante esa visita, por primera vez Su Santidad llegó hasta Colombia, donde le fue brindada una conmovedora bienvenida. En Bogotá, Su Santidad dio la conferencia “Agudizarla Mente, Alimentando un Cálido Corazón” enla UniversidadCatólicaJaveriana, donde asistieron 10 mil estudiantes y en modo similar, su charla pública en el estadio El Campín fue presenciada por 16 mil colombianos. Su Santidad también se dirigió a una reunión de 1000 líderes corporativos, intelectuales y otros hacedores de opinión de Colombia.
A través de estos viajes a varias partes de Latinoamérica durante estos años, Su Santidad ha compartido su mensaje de amor, bondad, compasión, perdón, tolerancia, reconciliación y armonía con el objetivo en última instancia de promover la paz en el planeta.
Y como él siempre ha enfatizado, Su Santidad tiene tres grandes compromisos en su vida: primero, como ser humano, Su Santidad está comprometido en promover valores humanos básicos tales como compasión, perdón, tolerancia, satisfacción y auto disciplina. Su Santidad se refiere a estos valores como ética secular. Segundo, como practicante religioso, está comprometido a promover la armonía religiosa y el entendimiento entre las mayores tradiciones religiosas. Tercero, como tibetano y como el “Dalai Lama” en quien los tibetanos depositan su confianza, Su Santidad está comprometido con la cuestión tibetana. Él tiene una responsabilidad de actuar como el vocero libre de los tibetanos en su lucha por justicia. Su Santidad también dice que mientras los dos primeros compromisos permanecerán con él mientras viva, el tercero cesará una vez que se alcance una solución mutuamente beneficiosa entre los chinos y los tibetanos.
En setiembre de 2011, Su Santidad el Dalai Lama visitará una vez más México, Argentina y Brasil. No hay duda de que esta visita será memorable. Aunque más y más líderes de la región son reacios a recibir formalmente a Su Santidad debido a la creciente presión de Beijing, la influencia de Su Santidad en la región ha crecido enormemente. La mayoría de los latinoamericanos respeta a Su Santidad como uno de los últimos íconos del siglo XX en términos de liderazgo moral. Mucha gente cree que su visita tiene un impacto pacificador sobre la región que carga con una dolorosa memoria histórica. Esta vez, Su Santidad hablará incluso para mayor cantidad de público que en visitas anteriores, una señal del respeto y el afecto de los latinoamericanos hacia Su Santidad.-