Manifestaciones recientes en el Tíbet se opusieron a la construcción de la presa Kamtok en China. En una entrevista, el Dr. TG Arya, representante del Dalai Lama, insta a la conciencia mundial sobre la difícil situación.
Japan Forward | 5 de abril de 2024 | Por Daniel Manning
El 14 de febrero, cientos de tibetanos protestaron por la construcción de la presa Kamtok, una central hidroeléctrica de 1.1 millones de kilovatios en el río Drichu. Los manifestantes exigieron el cese del proyecto y la retirada de las órdenes de reubicación de miles de personas de las aldeas de Upper Wonto y Shipa en el Tíbet.
Estas órdenes afectaron a seis monasterios importantes. Entre ellos el monasterio Wonto del siglo XIII, que alberga murales de valor incalculable. Los sitios se enfrentarán a la inmersión una vez que se complete el embalse de la presa. Además, la presa transmitirá energía únicamente a las ciudades chinas a través de la red ” Oeste a Este”.
Los tibetanos locales argumentan que el proyecto ignora la naturaleza sagrada de estos sitios, parte integral de la cultura y religión tibetanas. Las protestas no violentas fueron reprimidas por el gobierno. Esto resultó en el arresto de más de 1.000 tibetanos, incluidos monjes. A pesar de algunas liberaciones, existen órdenes estrictas que frenan nuevas protestas y, según informes, los detenidos sufren palizas bajo custodia.
El Dr. Tsewang Gyalpo Arya es el Representante de la Oficina de Enlace de Su Santidad el Dalai Lama para Japón y Asia Oriental (Casa del Tíbet). En una entrevista con JAPAN Forward, destaca la amenaza inminente de los proyectos hidroeléctricos.
Estos proyectos no solo ponen en peligro los antiguos monasterios, sino que también alteran el modo de vida tradicional de las comunidades locales. Arya enfatiza las implicaciones más amplias de las acciones de China, que se extienden más allá del Tíbet y afectan a todo el continente asiático.
La entrevista explora aspectos ambientales, culturales y geopolíticos. El Dr. Arya destaca la urgente necesidad de atención internacional para abordar las preocupaciones tibetanas.
Siguen extractos.
Patrimonio cultural amenazado
¿Podría describir la importancia histórica y cultural de la región de Derge?
El Tíbet comprende Utsang, Kham y Amdo. En 1965, China redefinió estas fronteras, integrando Kham y Amdo en sus provincias y creando una Región Autónoma del Tíbet.
Kham y Amdo pasaron a formar parte de las provincias de Qinghai y Sichuan, oscureciendo la verdadera identidad del Tíbet a nivel mundial. La incorporación de estas regiones a Sichuan por parte de China fue un intento de borrar al “Tíbet” del discurso internacional. En los foros internacionales, China intenta presentar al Tíbet únicamente como la Región Autónoma del Tíbet, que incluye solo los territorios occidentales y centrales.
Derge se encuentra dentro de la región de Kham. Es una zona tradicional tibetana conocida porque allí hubo muchos héroes tibetanos que resistieron la ocupación china. China está construyendo actualmente numerosas represas en el Tíbet para controlar los ríos de la región. Como fuente de diez ríos principales que desembocan en países como la India, a menudo se hace referencia al Tíbet como la “torre de agua de Asia”. Estos ríos también discurren por el río Mekong, llegando a China, Camboya, Laos y Vietnam.
¿Qué sitios específicos están amenazados por el proyecto hidroeléctrico, además del monasterio de Wanto y otros monasterios y aldeas?
[La presa de Kamtok] plantea una amenaza directa a los antiguos asentamientos tibetanos en Derge , provocando el desplazamiento de sus residentes. Esta zona también alberga más de seis monasterios importantes, que albergan numerosas reliquias y tienen un importante valor histórico. La población local, profundamente conectada con estos sitios, ahora enfrenta la destrucción de sus monasterios y la reubicación.
Las acciones de China no se refieren simplemente al desarrollo de infraestructura. Su objetivo es diluir la resistencia y la identidad tibetanas. Al desarraigar a los tibetanos de sus tierras ancestrales a áreas urbanas desprovistas de monasterios y de arquitectura tibetana tradicional, China busca borrar el sentido de identidad tibetana. Esto impacta particularmente la conexión de la generación más joven con su herencia.
En respuesta a estos acontecimientos, los tibetanos iniciaron protestas pacíficas. Inicialmente fueron arrestadas unas 300 personas. Aunque las manifestaciones no fueron violentas, el número de detenidos ha aumentado a más de 1.000.
Ramificaciones ambientales y culturales
¿Cómo ven las comunidades tibetanas locales el impacto ambiental y cultural del proyecto hidroeléctrico?
En el Tíbet protegemos la vida silvestre, evitando la matanza arbitraria de animales. Los nómadas tibetanos viven armoniosamente en colinas y pastos, pastoreando ganado vacuno y ovino sin minería ni explotación de recursos minerales.
Los ríos y aguas del Tíbet siguen siendo prístinos. Sin embargo, China considera al Tíbet un valioso recurso mineral. A pesar de afirmar lo contrario, China trata al Tíbet como una colonia. Busca recursos a expensas del bienestar y la cultura del pueblo tibetano.
Beijing desplaza a los nómadas para acceder a los recursos, calificándolos de indisciplinados, sin educación y atrasados. Los reubican en áreas urbanas, donde no pueden conseguir empleo y se vuelven dependientes de los magros sistemas de bienestar chinos.
Esta estrategia no solo desplaza a los tibetanos de sus tierras ancestrales, sino que también los despoja de su identidad cultural y su forma de vida tradicional.
Destruyendo el modo de vida tibetano
En el Tíbet teníamos todo lo que necesitábamos. Estábamos contentos antes de la llegada de los chinos. Si bien es posible que no hayamos avanzado materialmente, encontramos gran satisfacción y contentamiento en nuestra vida espiritual.
Vivíamos dentro de una economía autosuficiente, deseando solo lo necesario para nuestras vidas, sin la necesidad de acumular riquezas o posesiones. Esta filosofía y enfoque económico nos definieron. Sin embargo, el enfoque de China en el desarrollo material ha destruido nuestra forma de vida, reemplazándola con avances superficiales.
China explota estos acontecimientos para legitimar la ocupación del Tíbet, una política perjudicial para la población tibetana y a la que se opone vehementemente.
Una cuestión transnacional
¿Qué papel cree que debería desempeñar la comunidad internacional para abordar las preocupaciones de los tibetanos con respecto al proyecto hidroeléctrico?
Esta cuestión se extiende más allá del Tíbet y afecta a toda Asia. La explotación china de los recursos hídricos, facilitada por la construcción desenfrenada de represas, amenaza el medio ambiente y la disponibilidad de agua en todo el continente.
El río Brahmaputra de la India se origina en el Tíbet. Numerosas represas chinas construidas en el río Brahmaputra han permitido un control significativo sobre su caudal. Esta manipulación afecta negativamente a India y Bangladesh, provocando dificultades considerables a las poblaciones de estas zonas.
Además, el río Mekong, que nace en la meseta tibetana, se está secando. Esto está afectando a Vietnam, Camboya, Tailandia y Laos.
El año pasado, en noviembre, organizamos una conferencia en la Universidad Chulalongkorn de Bangkok. Se centró en salvaguardar la “torre de agua de Asia”, subrayando que la cuestión no se limita al Tíbet.
Si las fuentes de agua tibetanas disminuyen y los glaciares continúan derritiéndose, las comunidades que dependen del río Mekong afrontarán graves dificultades. Varios estudios destacan los efectos nocivos de las actividades de China, enfatizando la necesidad de oposición y el establecimiento de un acuerdo para compartir el agua.
De cara al futuro, la comunidad tibetana debe crear conciencia sobre las condiciones en el Tíbet y colaborar activamente con los medios de comunicación para ejercer presión sobre China. Nuestro principal obstáculo reside en la posición influyente de China dentro de las Naciones Unidas (ONU), especialmente en el Consejo de Seguridad. Debido a esto, hemos visto una falta de acción a pesar de numerosas resoluciones de la ONU que condenan las acciones de China en el Tíbet.
Las democracias y los organismos internacionales como la ONU deben confrontar a China por sus acciones en el Tíbet.
Ignorar el expansionismo y el desprecio de China por la ley amenaza al Tíbet y socava la estabilidad global y la santidad del derecho internacional. Por lo tanto, el apoyo inquebrantable de la comunidad internacional es primordial en la búsqueda tibetana de la paz y la lucha más amplia contra la extralimitación autoritaria.
Traducción al español por Aloma Sellanes tibetpatrialibre.org