26 de octubre de 2020
Como defensor declarado de la eliminación de todas las armas nucleares, celebro que el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares haya sido ya ratificado por cincuenta países y entre en vigor a partir de enero del año próximo. Se trata de un hecho histórico y un buen augurio para el futuro de la humanidad. Es un paso en la dirección correcta para alcanzar acuerdos más ilustrados y civilizados en la resolución de conflictos.
No tengo ninguna duda de que la entrada en vigor de este tratado contribuirá a que se realicen esfuerzos aún más decididos para eliminar estas terribles armas y garantizar una paz auténtica y duradera en nuestro mundo. Creo que nuestra generación ha llegado al umbral de una nueva era en la historia de la humanidad. Debido a que todos somos interdependientes, nuestra vasta y diversa familia humana debe aprender a convivir en paz. Felicito a las Naciones Unidas y a los Estados miembros interesados que han hecho posible este tratado. Es un acto de responsabilidad universal que reconoce la unidad fundamental de la humanidad.
El mundo ha dado ahora el primer paso positivo hacia un futuro más pacífico, pero nuestro objetivo final debería ser la desmilitarización de todo el planeta. Creo que es un meta factible si se hacen los planes adecuados y se educa a la población acerca de sus ventajas. Dado que ya hemos dado el primer paso, la intención de eliminar las armas nucleares; en última instancia, podemos lograr la desmilitarización total.
Un mundo sin armas nucleares es del interés de todos. La realidad actual es que necesitamos confiar en la comprensión mutua y el diálogo para resolver los conflictos. Por lo tanto, aprovecho la oportunidad para instar a todos los gobiernos a que trabajen en la aplicación de este tratado, para que el mundo se convierta en un lugar más seguro para todos nosotros.
Dalái Lama
26 de octubre de 2020