30 de setiembre de 2020
La Oficina del Tíbet en Ginebra acogió ayer un evento virtual paralelo a la actual 45ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDDHH) sobre el tema “Armas de subyugación masiva de China: vigilancia, campamentos y genocidio cultural”. La mesa redonda se transmitió en vivo a través de la página de Facebook de Tibet TV .
El moderador, Thinlay Chukki, designado especial para la Oficina de Derechos Humanos del Tíbet en Ginebra, abrió la mesa redonda destacando el tema, las armas de subyugación masiva de China a través de políticas de vigilancia, que forman la base para la detención arbitraria masiva y las desapariciones forzadas, las restricciones a la libertad y los campos de concentración (reeducación política, educación jurídica y campamentos patrióticos) que intenta destruir sistemáticamente la identidad de las “minorías étnicas” de China.
La primera panelista, Lhadon Tethong, directora del Instituto de Acción del Tíbet, ofreció una breve descripción de la situación general de los derechos humanos en el Tíbet, incluidos los campos de trabajo recientes, y cómo se está utilizando la vigilancia como un medio para la subyugación total.
Al principio, explicó que la referencia de China al Tíbet como TAR (Región Autónoma del Tíbet) con más de 3 millones de habitantes es incorrecta, ya que en realidad se refiere a poco menos de la mitad de la población tibetana y menos de la mitad de la masa terrestre total del Tíbet. Citó el informe reciente sobre el Tíbet respecto al programa laboral militarizado masivo en la región de la TAR, que empuja a los tibetanos de sus medios de vida tradicionales a trabajos poco calificados de la industria manufacturera y de servicios, y sujetos a propaganda bajo el programa de alivio de la pobreza. Según datos del gobierno, medio millón de tibetanos fueron capacitados bajo este programa en los primeros 7 meses de este año, con 50.000 transferidos a trabajos dentro del Tíbet y al menos varios miles enviados a trabajar en China.
Ella opinó que el gobierno había podido llevar a cabo el programa en secreto debido a la falta de acceso al Tíbet para periodistas, funcionarios gubernamentales, tibetanos en el exilio, etc.
Sobre la vigilancia de los tibetanos, describió al Tíbet como una “prisión al aire libre a gran altitud” donde prácticamente cada persona y cada milla cuadrada es monitoreada a través de drones y el uso de tecnología de reconocimiento facial en las fronteras y estaciones de policía, espías, etc.
“Al buscar el control total de la población tibetana que se extiende más allá de las fronteras mediante el uso de aplicaciones de redes sociales para monitorear a los tibetanos en todo el mundo, el gobierno chino está tratando de controlar y coaccionar a los tibetanos que viven en el exilio, especialmente a los que tienen familiares en el Tíbet”, señaló.
En su último acto, el gobierno chino está reclamando autoridad sobre la selección del sucesor de Su Santidad el Dalai Lama y utilizando políticas para hacerlo. Señaló que, a pesar de la sombría situación en el Tíbet, el sur de Mongolia, el este de Turquestán y Hong Kong, el gobierno chino no puede durar para siempre y las cosas están comenzando a cambiar con el mundo uniéndose contra China.
Dolkun Isa, presidente del Congreso Mundial Uigur, describió las violaciones generales de derechos humanos sufridas por los uigures centrándose en los campos de concentración de más de un millón de uigures.
Al enfatizar que todos los países deben unirse, ya que afecta a todos, dijo que, particularmente, los uigures están bajo amenaza de genocidio, y los campos de concentración más grandes en el este de Turkestán después de la Segunda Guerra Mundial, esterilización masiva de mujeres, medidas posteriores al nacimiento, trabajo forzado y esclavitud moderna para destruir la identidad uigur única, en particular la representación física, la destrucción de mezquitas y la persecución religiosa y el adoctrinamiento en los campamentos con aproximadamente 7.8 millones de uigures.
Al narrar su terrible experiencia personal debido al gobierno chino, compartió que había sufrido durante décadas porque China lo etiquetó como terrorista y un aviso rojo de Interpol en su contra lo llevó a su detención muchas veces en países europeos hasta 2018 cuando se eliminó el aviso.
Señaló que el genocidio en curso está ocurriendo cuando los uigures de la diáspora ven a su familia desaparecer, sin saber de su existencia debido al bloqueo de información.
Pidió una posición unificada del mundo contra la represión, ya que las instituciones internacionales como la ONU no están actuando contra el genocidio y solo Estados Unidos ha emitido políticas sólidas contra la represión de China.
Enghebatu Togochog , presidente del Centro de Información de Derechos Humanos de Mongolia Meridional, habló sobre las violaciones generales de derechos humanos sufridas por los mongoles, centrándose en la política lingüística reciente y las protestas consiguientes.
Agregó que la política de educación bilingüe, que esencialmente impone el idioma chino a los mongoles, ha despertado al público al activismo, en todos los ámbitos de la vida, marcando su desobediencia civil coordinando protestas, boicoteando clases de idioma chino y organizando protestas en embajadas chinas extranjeras, recibiendo cobertura mediática global. Destacando su importancia, señaló que era el mayor movimiento de masas en China continental desde la protesta de los estudiantes de 1989, con niveles sin precedentes de solidaridad y coordinación, no solo en el sur de Mongolia sino en todo el mundo. A lo que China respondió de manera rutinaria, mediante arrestos masivos, detenciones, arrestos domiciliarios, despidos, listas negras, denegación de acceso a préstamos, confiscación de propiedades y la muerte de mongoles durante el último mes.
Refiriéndose a la política étnica de China hacia el sur de Mongolia, como una extensión de sus políticas pasadas en los años 60 y 70 del genocidio físico, donde al menos 100.000 fueron asesinados y 500.000 perseguidos, dijo que el actual genocidio cultural es el segundo gran genocidio para los mongoles. En las escuelas, los niños que aprenden mongol se han reducido drásticamente del 80% al 20% y ahora con esta política hay un intento de eliminar el 20% restante, lo que ha despertado a los “mongoles que lo ven como el golpe final a su cultura e idioma, que ya han perdido su independencia nacional, autonomía política, forma de vida tradicional, destrucción del medio ambiente y el idioma es el último bastión de nuestra identidad nacional”.
Yang Jianli, presidente de Citizen Power Initiatives for China, abordó las violaciones generales de derechos humanos sufridas por China continental centrándose en los activistas a favor de la democracia, los defensores de los derechos humanos y los habitantes de Hong Kong; e hizo recomendaciones para desafiar la dictadura en China.
Yang Jianli, enumeró la vigilancia masiva orwelliana, el genocidio cultural y político, la sinización de religiones emprendida por China en el Tíbet, el este de Turkestán, el sur de Mongolia y Hong Kong en los titulares nacionales. Mientras observaba la postura de Estados Unidos sobre las atrocidades que ocurrían en el Tíbet, Turkestán Oriental, reconoció la necesidad de construir una fuerte oposición dentro de China, especialmente en el régimen del PCCh y propuso 3 soluciones conjuntas para presionar al régimen para que se abra. 1) Abogar por que las democracias mundiales se unan para responsabilizar a China por el COVID-19, 2) Abogar por las democracias mundiales para que establezcan relaciones diplomáticas formales 3) Abogar por los derechos humanos de la OTAN.
Citizen Power Initiatives for China había revisado recientemente un informe completo “Examen a la respuesta de China al brote de Covid-19 de septiembre de 2019 a enero de 2020“, una catástrofe evitable que se produjo debido al control de la narrativa del PCCh, que oculta la fuente y el alcance del brote.
Yang Jianli declaró que el mundo debe responsabilizar a China por la moralidad, la gobernanza y para prevenir otro patógeno mortal y propuso que las democracias mundiales establezcan lazos democráticos con Taiwán, fortalezcan a Taiwán, cuya respuesta al COVID-19 ayudó al mundo, demostrando su capacidad y la confiabilidad como socio que mereció el reconocimiento internacional.
Explicó: “La estrategia para reconocer a Taiwán tendría un gran potencial para dividir el liderazgo del PCCh abriendo una brecha entre los hipernacionalistas y el liderazgo y envalentonar las democracias liberales bajo China, incluidos los tibetanos, uigures, mongoles y hongkoneses, según mi comprensión de la cosmovisión china”.
Después del discurso de los panelistas, la moderadora Thinlay Chukki respondió preguntas en vivo de la audiencia a través de la sección de comentarios.
Traducción al español por Aloma Sellanes tibetpatrialibre.org