Tibet.net | 28 de marzo de 2019
En lo que es visto como un intento sistemático de encubrir la grave situación de los derechos humanos y la realidad trágica dentro del Tíbet, China emitió ayer un nuevo libro blanco sobre el Tíbet titulado “Reforma Democrática En El Tíbet: Sesenta Años Después”. Similar a otros libros blancos previos, el presente libro blanco también sostiene todas las grandes cosas que el Partido Comunista de China ha hecho por los tibetanos y sus logros en la llamada “Región Autónoma del Tíbet” (TAR, por sus siglas en inglés) en los últimos 60 años de la ocupación ilegal del Tíbet por parte de China.
La Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó el libro blanco un día antes del “Día de la Emancipación de los Siervos”, un día festivo adoptado en 2009, el mismo año en que comenzaron las protestas de autoinmolación tibetanas en el Tíbet y solo un año después de los levantamientos masivos en el Tíbet. El libro blanco afirma que en los 60 años posteriores a “liberar” a los tibetanos de la “servidumbre feudal”, los tibetanos de la TAR “se han convertido en dueños de sus propios asuntos”, que disfrutan de un gran progreso ecológico e infraestructural, y de “la libertad de creencias religiosas de todos los grupos étnicos […] igualmente respetados y protegidos”.
Si la situación fuera tan buena, entonces los tibetanos no hubieran continuado sus protestas pacíficas contra el opresivo gobierno chino que los obligó a tomar medidas terribles como la autoinmolación. Desde 2009, se han registrado 153 autoinmolaciones en diferentes partes del Tíbet, en las que predomina el llamado a la libertad de los tibetanos y el regreso de Su Santidad el Dalai Lama al Tíbet. El Sikyong Lobsang Sangay, presidente de la Administración Central Tibetana (CTA, por sus siglas en inglés) en la India, ha señalado con frecuencia que los tibetanos se han prendido fuego para protestar contra las políticas chinas de represión política, asimilación cultural, marginación económica y destrucción ambiental.
Además, las preocupaciones expresadas por expertos independientes en derechos humanos en el mundo libre y resaltadas en varios informes internacionales contradicen las afirmaciones hechas por China en el libro blanco.
Por ejemplo, la Freedom Houseen su informe Freedom in the World 2019 (Libertad en el Mundo – 2019) una vez más ha clasificado al Tíbet como la región menos libre del mundo, sin libertades, derechos políticos ni libertades civiles. Sobre la pomposa afirmación de China sobre el desarrollo económico en el Tíbet, Freedom House informa, “los programas de desarrollo económico del gobierno chino en el Tíbet han alentado fuertemente la migración de los chinos a la región, han beneficiado de manera desproporcionada a los residentes chinos y han exacerbado la marginación de los tibetanos étnicos, quienes también han sido desplazados por campañas de reasentamiento masivo dentro del Tíbet ”. Esto es muy similar a como las colonias son explotadas por los poderes coloniales en nombre del desarrollo económico. El llamado desarrollo económico de China se encuentra en áreas de la TAR que están fuertemente pobladas por los migrantes chinos y con fines de autoservicio.
La importancia mundial y la sensibilidad ecológica de la meseta tibetana, el “Tercer Polo” y “grifo de agua de Asia” son puestas de manifiesto constantemente por los ambientalistas, incluidos los ecologistas chinos. Culpan a las actividades humanas tales como “la deforestación, la expansión urbana y las infraestructuras como carreteras, represas y redes eléctricas por los profundos cambios en la superficie de la región”. Una respuesta de la CTA al libro blanco de China sobre la ecología del Tíbet en 2018 aborda los desenfrenados trabajos de minería a cielo abierto y los proyectos de desarrollo que han causado mucho daño al frágil ecosistema del Tíbet. El informe subraya claramente la falta de respeto por el medio ambiente y la falta de un sincero deseo de protección ambiental por parte de las autoridades chinas. Las actitudes de confrontación de sucesivos líderes, como la de “el hombre debe conquistar la naturaleza” de Mao han llevado a un gran daño y destrucción del medio ambiente local.
Un informe de 2018 publicado por el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial expresó su preocupación por la discriminación que enfrentan los tibetanos, incluidas las prácticas de discriminación racial en los procesos de contratación de empleos. El Comité también hizo varias recomendaciones a China, tales como “revisar sus reglamentos y prácticas para garantizar determinaciones no discriminatorias sobre las solicitudes de pasaportes y la libertad de movimiento para los tibetanos dentro y fuera de la TAR y en el extranjero”.
En setiembre pasado, el Intergrupo del Parlamento Europeo sobre Libertad de Religión o Creencia y Tolerancia Religiosa clasificó a China entre los peores violadores con el menor respeto por la libertad de religión o creencias. El Intergrupo planteó inquietudes específicas sobre las “severas restricciones que enfrentan los budistas tibetanos en el país, incluso fuera de la Región Autónoma del Tíbet”.
Uno de los principales inconvenientes del documento de China es la desestimación despreocupada de todas las demás áreas tibetanas que están incorporadas a las provincias chinas de Qinghai, Sichuan, Gansu y Yunnan, y constituyen aproximadamente dos tercios de la población tibetana.
El portavoz de la CTA y secretario de Información y Relaciones Internacionales, Sr. Sonam Norbu Dagpo, comentó: “En nombre de la liberación, China ha convertido a todo el Tíbet en un área de neocolonialismo. China siempre ha tratado de justificar su invasión del Tíbet y su ocupación con políticas represivas contra el pueblo tibetano. Como la mayoría de sus contemporáneos asiáticos, la sociedad tibetana tradicional o el “viejo Tíbet” como lo llama China, estaba atrasada y necesitaba reformas, pero es incorrecto llamarla “feudal”, pues no era el caso”.-