The Epoch Times | Por Frank Fang (Editado) | 25 de marzo de 2019
La República Checa es el último país en aprobar una resolución que condena las violaciones graves a los derechos humanos en China, prestando especial atención a las décadas de persecución del régimen comunista a los seguidores de la disciplina espiritual Falun Gong.
La resolución, aprobada por el senado checo el 20 de marzo, marcó la culminación de cuatro años de esfuerzos por parte de los practicantes locales de Falun Gong, que habían recogido miles de firmas en una petición que pedía el fin del genocidio cometido por el régimen chino.
La resolución pide al régimen chino que detenga la persecución a los practicantes de Falun Gong, los cristianos, los tibetanos y los uigures; liberar a todos los presos de conciencia, y acatar las convenciones internacionales de derechos humanos.
La petición, firmada por las más de 37.000 personas, se presentó a la Comisión de Educación, Ciencia, Cultura, Derechos Humanos y Peticiones del Senado, que respaldó la petición y presentó un proyecto de resolución al Senado para su votación.
“Permanecer en silencio significa que estamos de acuerdo [con la persecución]”, dijo el senador checo Marek Hilser, uno de los principales arquitectos de la resolución, en el Parlamento, el 20 de marzo.
Hilser agregó: “Nosotros, como país, hemos experimentado un régimen totalitario comunista y sabemos qué es el despotismo político, después de haber experimentado ejecuciones políticas, encarcelamientos y censura”.
“Sabemos muy bien lo que son los abusos a los derechos humanos y la falta de libertad. Por eso creo que nuestro país, después de haber tenido esta experiencia histórica, debería ser sensible cuando se violan los derechos humanos y se están pisoteando los valores en otras partes del mundo”.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que incluye ejercicios de meditación y un conjunto de enseñanzas basadas en los principios de honradez, compasión y tolerancia.
La disciplina se hizo inmensamente popular en China durante la década de 1990, con alrededor de 70 a 100 millones de practicantes a finales de la década, según estimaciones oficiales citadas por los medios de comunicación occidentales en ese momento.
Pero en julio de 1999, temiendo que su popularidad socavara la autoridad del Partido, el entonces líder del Partido, Jiang Zemin, lanzó una campaña nacional contra la práctica, movilizando todo el aparato de seguridad del país para localizar, arrestar y detener a los seguidores de Falun Gong.
Investigadores de derechos humanos estiman que cientos de miles han sido detenidos en cárceles, prisiones, campos de trabajo y centros de lavado de cerebro, donde a menudo son torturados física y psicológicamente para intentar que renuncien a su fe.
En la audiencia de la comisión el 20 de marzo, el senador checo Václav Hampl dijo: “Quiero agradecerles a todos los ciudadanos por poner esta petición en acción y llevar este asunto al Senado. Creo que este es uno de los muchos ejemplos donde la cooperación entre la sociedad civil y el Senado ha sido fructífera”.
Otro senador, Václav Chaloupek, dijo: “Paso a paso, nos hemos enterado de hechos tan horrendos y aterradores que están más allá de lo que incluso nuestra imaginación más salvaje pudiera elaborar”.
Recolección de órganos
En 2006, investigadores independientes descubrieron evidencias de que el régimen chino estaba extrayendo órganos de los presos de conciencia y principalmente atacando a los practicantes de Falun Gong.
“El régimen totalitario chino realmente mantiene a cientos de miles de presos políticos en campos de concentración. Una persona allí se convierte en un simple portador de órganos ”, dijo el senador checo Pavel Fischer. “Los órganos se extraen de personas sanas y vivas para reenviarlos de la mejor calidad posible”.
Hampl dijo: “Hoy en día, no hay duda de que los seguidores de Falun Gong y posiblemente otros grupos han sido abusados [para trasplantes de órganos] en una escala masiva”.
En 2016, un informe de investigación del abogado canadiense de derechos humanos David Matas, el ex secretario de Estado canadiense para la región de Asia y el Pacífico, David Kilgour, y el periodista de investigación Ethan Gutmann, concluyó que el régimen chino había establecido un “sistema de trasplantes de órganos a escala industrial dirigido por el Estado”. La mayoría de los órganos, según el informe, se extraen de practicantes de Falun Gong.
“La resolución checa envía ese mensaje tanto a los perpetradores como a los espectadores: sabemos, estamos preocupados, creemos que se debe hacer algo”, dijo Matas en un correo electrónico a la edición en idioma checo de The Epoch Times.
Kilgour, en un correo electrónico a The Epoch Times, dijo que la resolución es “otra iniciativa democrática útil, que esperamos que este año ponga fin a un crimen de lesa humanidad en toda China”.
En 2013 y 2016, el Parlamento Europeo aprobó resoluciones que expresaban una profunda preocupación por la “extracción sistemática de órganos a presos de conciencia, autorizada por el Estado”, incluida una gran cantidad de practicantes de Falun Gong.-