The New York Times | 22 de mayo 2018 | Por Chris Buckley
BEIJING – Un empresario tibetano que hizo campaña para preservar su lengua materna del dominio predominante del idioma chino, fue sentenciado a cinco años de prisión el martes, luego de un proceso polémico basado en entrevistas que entregó al New York Times.
El empresario Tashi Wangchuk escuchó el veredicto en Yushu, una ciudad fuertemente tibetana de la provincia de Qinghai, al noroeste de China, dijeron por teléfono sus abogados defensores, Liang Xiaojun y Lin Qilei. Tashi había advertido que allí y en muchas áreas históricamente tibetanas de China, el idioma tibetano estaba amenazado por las políticas oficiales que buscan hacer del chino mandarín el idioma de la educación y el gobierno.
Tashi, de 33 años, fue arrestado a principios de 2016, dos meses después de aparecer en un video y en un artículo del NYT sobre la enseñanza del idioma tibetano. Fue sometido a juicio en enero de este año, acusado de “incitar al separatismo” por los comentarios que había hecho en dicha publicación. Su pena de prisión comenzará desde el momento de su arresto, lo que significa que será liberado a principios de 2021, dijeron sus abogados.
“Tashi ya nos dijo antes del veredicto que quería apelar si lo declaraban culpable”, dijo Lin. Los dos abogados no asistieron a la audiencia en la remota ciudad, pero dijeron que la familia de Tashi les contó el veredicto.
“A solo dos miembros de su familia se les permitió escuchar el veredicto”, dijo el otro abogado, Liang. “En la audiencia, le preguntaron a Tashi si entendió el veredicto. Él dijo: ‘Entendido’, pero no agregó mucho más”.
El veredicto de culpabilidad no fue una sorpresa. Los tribunales controlados por el partido comunista de china raramente encuentran inocentes a los acusados en juicios penales, y prácticamente nunca lo hacen en casos políticamente cargados como este.
Pero las organizaciones de derechos humanos y los defensores de la autodeterminación tibetana denunciaron rápidamente el veredicto como una señal de la creciente intolerancia del gobierno chino hacia los críticos de sus políticas étnicas, incluso los relativamente leves como Tashi.
“Ha sido criminalizado por arrojar luz sobre el fracaso de China para proteger el derecho humano básico a la educación y por tomar medidas totalmente legales para presionar por la educación tibetana” dijo Tenzin Jigdal de la Red Internacional por el Tíbet, una coalición de grupos que apoyan la autodeterminación tibetana.
Una portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, dijo: “Estamos profundamente decepcionados porque el gobierno chino condenó a Tashi Wangchuk”.
El Partido Comunista Chino mantuvo durante décadas políticas destinadas a mantener a las minorías étnicas, especialmente los tibetanos y los uigures, bajo control político, mientras les daba un poco de espacio para preservar sus propios idiomas y culturas. Pero bajo Xi Jinping, el firme líder del Partido Comunista que llegó al poder en 2012, China ha adoptado políticas más asimilacionistas, diseñadas para absorber estas minorías en el seno de la nación china.
En su juicio de enero, Tashi, hablando en chino, rechazó la idea de que sus esfuerzos por rejuvenecer el idioma tibetano fueran un delito. Dijo que no aboga por la independencia de Tíbet, pero desea los derechos de las minorías étnicas que promete la ley china, incluido el derecho a usar su propio idioma.
Después del juicio de Tashi, seis expertos que asesoraron a las Naciones Unidas sobre los derechos humanos dijeron: “Condenamos la detención continuada del Sr. Wangchuk y la criminalización de su libertad de expresión”.
Agregaron: “El libre intercambio de opiniones sobre las políticas estatales, incluidas las críticas contra las políticas y las acciones que parecen tener un impacto negativo en la vida de las personas, necesitan ser protegidos”.
El Sr. Tashi estudió durante tres años en un monasterio budista, y aprendió a escribir tibetano con la ayuda de un hermano. Dirigió una tienda en Yushu que vendía productos locales en persona y en línea, y se mostró en un video promocional en 2014 para Alibaba, el gigante comerciante de Internet chino, como un ejemplo de éxito empresarial.
Yushu, llamado Gyegu en tibetano, es una de las áreas predominantemente tibetanas de China que se encuentran fuera de la Región Autónoma Tibetana oficial, y el gobierno ha alentado el uso creciente del idioma chino en las escuelas y los entornos oficiales, en estas áreas.
En 2010, un terremoto golpeó a Yushu matando a unas 3.000 personas. El gobierno rápidamente reconstruyó la ciudad principal, pero los críticos han dicho que la rápida reconstrucción aceleró la erosión del entramado social y cultural tibetano.
Mientras que la mayoría de los residentes tibetanos en Yushu todavía conversan entre sí en un dialecto tibetano, Tashi temía que la creciente primacía de los chinos dejara a las generaciones futuras de tibetanos extrañas a su propia materna. Los tibetanos hablan una variedad de dialectos que los expertos dicen que están bajo amenaza, y los activistas del lenguaje tibetano como Tashi han estado especialmente preocupados de que los niños carezcan de la capacidad de leer y escribir en tibetano.
“Esto perjudica directamente la cultura de los tibetanos”, dijo Tashi a The Times en 2015. “La cultura de nuestro pueblo se está desvaneciendo”.
Un documental en video de nueve minutos también realizado por The Times con la cooperación de Tashi lo mostró viajando a Beijing en 2015, en un intento fallido de presentar una demanda que obligaba a los funcionarios de Yushu a mejorar la enseñanza del idioma tibetano. Tashi también intentó en vano que la principal red de televisión estatal china, CCTV, prestara atención a su causa.
“En política, se dice que si una nación quiere eliminar a otra nación, primero debe eliminar su lenguaje hablado y escrito”, dijo Tashi en el video. “En efecto, hay una matanza sistemática de nuestra cultura”.
El abogado defensor, Liang, dijo que esas palabras estaban entre los comentarios citados por los fiscales para argumentar que Tashi estaba incitando al separatismo, un cargo impreciso que puede llevar a una sentencia de prisión de más de cinco años.
Todd Stein, un ex funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos que se ocupó de China y asuntos tibetanos, dijo por correo electrónico que el enjuiciamiento de Tashi planteó preguntas difíciles sobre cómo los periodistas deberían informar sobre personas cuyas opiniones pueden irritar al gobierno chino.
“Se enfrentan al enigma de cómo informar una historia sin ser parte de ella, cuando el gobierno está demasiado dispuesto a usar la historia para castigar al sujeto de la historia”, dijo Stein. “El mal actor aquí es el gobierno chino, que está castigando al Sr. Wangchuk por nada más que hacer valer sus derechos legales para proteger su propio idioma”.
Tashi dijo a los periodistas del Times que no apoyaba la independencia tibetana y que solo quería que se enseñara bien el idioma tibetano en las escuelas y que se utilizara el tibetano en las oficinas gubernamentales. Cuando se le preguntó sobre los riesgos de hablar, Tashi había insistido en hacer entrevistas registradas, diciendo que solo esas darían fuerza a sus palabras.
“Nadie quiere vivir en un ambiente lleno de presión y miedo”, dijo en una entrevista. “Pero no tengo otra opción, porque toda la nación y la cultura tibetanas enfrentan el riesgo de desaparecer”.-
- del T.: La apelación a la sentencia de Tashi Wangchuk fue rechazada por los tribunales chinos.