Free Tibet | 20 de junio de 2018
En su discurso de despedida, el diplomático destacó la actual represión de China en el Tíbet y Xinjiang, al tiempo que instó a la “valentía” ante el creciente nacionalismo en todo el mundo.
El saliente Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, se dirigió al Consejo de Derechos Humanos de la ONU por última vez esta semana.

Durante su última actualización global sobre los derechos humanos en todo el mundo, Zeid Ra’ad Al Hussein, quien renunció oficialmente a su cargo el 18 de junio después de expresar su preocupación porque las potencias mundiales están socavando los derechos humanos, fue firme en su crítica de los abusos de China en el Tíbet.
Hussein enfatizó el historial de derechos humanos de Beijing así como la falta de acceso al Tíbet, y dijo:
“En China, a pesar de los esfuerzos de mi Oficina para establecer condiciones conducentes a un diálogo efectivo, mi personal no ha tenido acceso ilimitado al país, ni a la Región Autónoma Tibetana ni a la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, donde, según consta, la situación de los derechos humanos se está deteriorando rápidamente.”
También subrayó el papel que las autoridades chinas han jugado en obstaculizar el acceso al Tíbet y arremetió contra Beijing por su estricto control sobre la sociedad civil:
“Aunque dos titulares de mandatos han visitado el país en los últimos cinco años, China ha acumulado en ese período más de 15 solicitudes de visitas pendientes.”
“Además, estoy consternado por los constantes esfuerzos de China para impedir que los miembros independientes de la sociedad civil participen en los mecanismos de derechos humanos. Exhorto a las autoridades a que permitan que todos los actores contribuyan con todos los mecanismos internacionales de derechos humanos y cooperen con ellos en un espíritu de asociación abierta y mutua, a fin de mejorar el respeto de los derechos y las libertades del pueblo de China.”
Al hablar tan solo seis meses antes del centenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Hussein usó su mensaje de despedida para defender el concepto de los derechos humanos universales, un concepto que Beijing ha desafiado repetidamente. También describió una nueva ‘valentía’ que consideraba fundamental para mantener los derechos humanos internacionales:
“Si mi Oficina, de la cual estoy muy orgulloso, y yo, hemos acertado en algo en los últimos años, es que hemos entendido que sólo la valentía es adecuada para nuestra tarea en este momento. No escabulléndonos para cubrirnos, ni usando excusas ni recurriendo a eufemismos, sino teniendo una intrepidez cercana a la mostrada por los defensores de los derechos humanos en todo el mundo, ya que sólo al hablar podemos comenzar a combatir la creciente amenaza del nacionalismo chovinista que acecha nuestro futuro.”
La noticia de la partida de Hussein se produjo pocos días antes de que la embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, anunciara que Estados Unidos se retira del Consejo de Derechos Humanos, describiendo el organismo como un “pozo negro de parcialidad política.”