Tibet.net | 8 de marzo de 2017
En la actual 34ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se inauguró el 27 de febrero pasado, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra´ad Al-Husein expresó preocupación sobre las restricciones “culturales y religiosas” en el Tíbet y demostró compromiso para entablar con China un “diálogo efectivo sobre temas importantes de derechos humanos.”
El Alto Comisionado hizo una presentación de una hora de su informe anual e informes de la Oficina del Alto Comisionado y del Secretario General.
“Estoy también conmovido por los casos de restricciones sobre los derechos culturales y religiosos, particularmente en Xinjiang y Tíbet, y continuaré contactando a China para un diálogo efectivo sobre temas de derechos humanos,” dijo el Alto Comisionado.
El informe de Freedom House emitido el 28 de febrero pasado clasificó al budismo tibetano como una de las religiones más reprimidas de China. El informe señaló la imposición de las autoridades chinas de “severas limitaciones sobre la práctica religiosa de los budistas tibetanos, en particular, la veneración del exilado Dalai Lama.”
El 24 de febrero de este año, en la víspera de la 34ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en un poco común y audaz movimiento, seis expertos independientes de la ONU hicieron pública una declaración conjunta sobre una serie de violaciones de derechos humanos en el Tíbet, particularmente sobre los casos de Larung Gar y Yarchen Gar. En una declaración de tono agudo, los expertos de la ONU expresaron alarma sobre las violaciones de China a las leyes internacionales de derechos humanos y sobre la represión a gran escala en el Tíbet.-