International Campaign for Tibet | Por Buchung K. Tsering | 1º de diciembre de 2016
Recién he observado una entrevista fascinante con Su Santidad el Dalai Lama por Qin Weiping, un blogger chino residente en Estados Unidos, quien visitó Dharamsala en octubre de este año. La entrevista (realizada en tibetano y en chino) es interesante no solamente porque Su Santidad comparte sus pensamientos sobre como China podría convertirse en una nación compasiva, sino aún más porque él dice que tal transformación debería ser, y puede ser, dirigida por el Partido Comunista chino. Su Santidad cree que a través de tal transformación, China tiene la oportunidad de cambiar la actual percepción negativa del comunismo en el mundo.
En la entrevista, el Dalai Lama (hablando en tibetano) dice que él le ha estado pidiendo al mundo volverse más compasivo y dice que los científicos mantienen que la humanidad es inherentemente compasiva. Por eso, cuando él le pide al mundo ser compasivo siente que China, una nación tradicionalmente budista, tiene la posibilidad y la oportunidad de serlo.
El Dalai Lama dice que cuando él se dirige a audiencias occidentales sobre la necesidad de compasión, hay una ligera incomodidad de su parte ya que él se está basando en un enfoque inherentemente budista (aunque él nunca ha pensado en proselitismo). Pero en China la situación es diferente ya que casi todos los chinos tienen una relación más cercana con el budismo.
Él siente que sería bueno si el Partido Comunista puede tomar el liderazgo en esto. Su Santidad da una razón teórica por lo que esto debe ser hecho. Dice que es conocido el hecho de que en términos de su creencia socioeconómica, él se dice a sí mismo, marxista. Cuando Marx habla de los derechos de la clase trabajadora, hay una charla de bondad. El Dalai Lama opina que la teoría de Marx, sin embargo, fue arruinada por Lenin. Por lo tanto, dice que aunque cree en el marxismo, él está contra el leninismo.
El Dalai Lama cree que muchos de los problemas que China ha enfrentado en el pasado, pueden haberse debido a la influencia del leninismo y del estalinismo. Se refiere a la opinión de un ex presidente israelí y Premio Nobel, Shimon Peres, quien, como socialista, tenía sentimientos positivos hacia China. Sin embargo, cuando le preguntó a Peres algunos años atrás sobre si China es una nación socialista o no, la respuesta fue negativa, Peres dijo que China es una nación capitalista. Sin embargo, en el capitalismo occidental hay estado de derecho y prensa libre, los que están ausentes en China, agrega el Dalai Lama aludiendo que estos sirven como control y balance.
El Dalai Lama se refiere a Deng Xiaoping como el que, con gran coraje, cambió el sistema económico a través de su política de puertas abiertas, las que beneficiaron mucho a China. Ahora Xi Jinping puede llevar a cabo un pequeño cambio en el sistema político que el Dalai Lama piensa que será beneficioso. Él dice que al decir cambio en el sistema político no se está refiriendo a cambiar el gobierno del Partido Comunista, Deng Xiaoping cambió el sistema económico bajo el liderazgo del Partido Comunista. Por eso, es posible que bajo el liderazgo del Partido Comunista, puedan hacerse esfuerzos por difundir la compasión en China.
El Dalai Lama piensa que sería interesante si hubiera una nueva Revolución Cultural en China, esta vez basada en la bondad, así como la anterior Revolución Cultural estuvo basada en el odio.
El Dalai Lama dice que el comunismo es organizado y que si puede ser liberal también será bueno. Agrega que hoy el comunismo es considerado como algo negativo en el mundo. Pero se puede crear una situación para que el mundo mire a China viendo que su comunismo es algo especial. El Dalai Lama agrega que quizá él esté soñando.
El Dalai Lama siente que él podría hacer una contribución, si hubiera una oportunidad, en difundir la compasión en China, y que lo podría hacer sinceramente. Como un seguidor del budismo que ha estado hablando del tema en países occidentales, dice que podría hacerlo en China, un país budista. Aclara que no quiere ningún privilegio o cargo, agregando que en 2011 él dio fin a la tradición histórica de los Dalai Lamas sirviendo como líderes tanto espirituales como temporales.
En orden de que esto suceda y para que China sea una nación poderosa y efectiva, Su Santidad siente que es esencial que ella gane confianza y respeto, particularmente de sus vecinos. Tomando esto a nivel personal, Su Santidad se refiere a la actitud de la dirigencia china de castigarlo y se pregunta cómo China se beneficia al hacerlo. Dice que esto vuelve la posibilidad de visitar China más remota y se pregunta cuán útil sería si fuera a China en la situación actual. Por eso, él piensa que es mejor que él esté en un lugar donde pueda ser de beneficio.
El Dalai Lama concluye (cambiando al inglés) diciendo que él es un monje budista de 81 años y que podría vivir otros 10, 15 o 20 años. “Mi vida debería ser algo útil para la humanidad,” dice, agregando que este es su cometido.
Entonces, allí la tienen, la posibilidad de una China compasiva con las características del Dalai Lama, si se me permite decirlo.-