7 de octubre de 2016
En el informe que la administración Obama ha elevado al Congreso sobre la situación de las negociaciones sobre el Tíbet, se reafirma que uno de los objetivos de dicha administración ha sido alentar un diálogo sustantivo entre el Dalai Lama y la dirigencia china. Con el diálogo interrumpido desde 2010, el informe indica que China ha insistido con “condiciones inaceptables e inalcanzables” para reanudar el mismo. “Nosotros consideramos esta posición contraproducente y contraria a las expectativas de los Estados Unidos y la comunidad internacional. Apoyamos el diálogo sin precondiciones.”
El informe añade que “el gobierno de los EE.UU. cree que el Dalai Lama o sus representantes pueden ser socios constructivos para China mientras esta lidia con tensiones continuas en las áreas tibetanas. Las opiniones del Dalai Lama siguen reflejándose ampliamente dentro de la sociedad tibetana y él representa las opiniones de la vasta mayoría de los tibetanos. Su defensa constante de la no violencia es clave para alcanzar la solución final para los tibetanos. El compromiso del gobierno chino con el Dalai Lama o sus representantes para resolver los problemas que enfrentan los tibetanos, va en el interés del gobierno chino y del pueblo tibetano. El fracaso en abordar estos problemas llevará a mayores tensiones dentro de China y será un impedimento para el desarrollo social y económico de China, así como continuará siendo un obstáculo para un compromiso político y económico con los Estados Unidos.”
El informe también contiene una nota sobre la reencarnación del Dalai Lama, “en relación a la sucesión o reencarnación del próximo Dalai Lama, creemos que el derecho básico y universalmente reconocido a la libertad religiosa demanda que cualquier decisión debe quedar reservada al actual Dalai Lama, los líderes budistas tibetanos y el pueblo tibetano. Estamos preocupados que la muerte del Dalai Lama en el exilio sin una resolución de las diferencias, probablemente incrementaría la inestabilidad en China, y alentamos a China a adoptar políticas que puedan reducir el riesgo de disturbios, y a reanudar el diálogo con el actual Dalai Lama mientras él se mantiene saludable.”
Fuente: International Campaign of Tibet