ICT | 20 de setiembre de 2016
La 33ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, una vez más vio a Tíbet y China en el foco de atención, cuando el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein destacó su preocupación en relación a las violaciones a los derechos humanos en la República Popular China y urgió al gobierno chino a cooperar con las instituciones de las Naciones Unidas. En su declaración de apertura, Zeid dijo con relación a China: “Estoy profundamente preocupado por los informes de continuo hostigamiento a las abogados de derechos humanos, a los defensores de los derechos humanos y sus familiares, así como por las acusaciones de discriminación, tortura y maltrato, desapariciones forzadas y muertes en custodia de los miembros de comunidades étnicas y religiosas.” Durante el debate general, Eslovaquia y Alemania en nombre de la Unión Europea plantearon la situación del Tíbet mientras otros como los Estados Unidos, la República Checa, Francia, Canadá, Irlanda y el Reino Unido expresaron preocupación por la situación de los derechos humanos en China en general.
“Damos la bienvenida firmemente a estas declaraciones que reflejan un enfoque político consistente hacia la República Popular China, que es indispensable. Estamos particularmente agradecidos por los constantes esfuerzos del Alto Comisionado en plantear las actuales violaciones a los derechos en la RPC,” dijo Kai Mueller, director ejecutivo de la Campaña Internacional por el Tíbet (ICT, por sus siglas en inglés).
La ICT, en nombre de la Fundación Helsinki para los Derechos Humanos, entregó una declaración oral sobre el estado de libertad de religión en el Tíbet. Mientras instaba al gobierno chino a respetar los derechos de los practicantes religiosos, particularmente de la importante institución budista, Larung Gar. La declaración pidió al gobierno de la RPC a permitir el acceso irrestricto al Tíbet y a las instituciones budistas como Larung Gar.
La declaración, entregada por Melanie Blondelle de la ICT, particularmente subrayó: “Desde 2008, las autoridades chinas han infundido un ambiente opresivo a los monasterios y a los conventos budistas tibetanos, un enfoque en el que el estado no reconoce límites a su autoridad, y lucha por regular cada aspecto de la vida religiosa.”
El 19 de setiembre, en un evento colateral a la actual sesión del Consejo de Derechos Humanos organizado por la Sociedad de Personas Amenazadas y moderado por Kai Mueller, Nyima Lhamo, sobrina del fallecido monje Tenzin Delek Rinpoche hizo su relato de los hechos que siguieron a la muerte de su tío y compartió las razones que hacen creer a ella y su familia que el reverenciado monje fue envenenado en prisión. “En el Tíbet hay muchos prisioneros políticos sufriendo el mismo destino que mi tío. Por eso espero sinceramente que sus voces sean escuchadas y se les haga justicia, y creo que es importante para el mundo saber sobre las injusticias sufridas por los tibetanos en el Tíbet,” dijo ella.
En una “Concentración en Solidaridad con el Tíbet” frente a las Naciones Unidas de Ginebra, el pasado viernes, alrededor de 2000 tibetanos, uigures y sus partidarios conjuntamente urgieron por la libertad religiosa en la RPC. Hubo destacados oradores en la famosa “Silla Rota” frente al Palacio de las Naciones, entre ellos activistas de la sociedad civil, parlamentarios, ex prisioneros políticos y políticos. La sobrina del destacado Lama tibetano, Tenzin Delek Rinpoche, quien murió en prisión el año pasado; la líder uigur Rebiya Kadeer, y el monje tibetano, Golog Jigme, quien escapó al exilio luego de sufrir tortura en prisión, así como el vice primer ministro de la República Checa, Martin Bursik, pidieron a la comunidad internacional plantear las violaciones a los derechos humanos al gobierno chino. En una declaración escrita, el presidente de la ICT, Richard Gere instó a proteger el instituto budista Larung Gar. “Debemos proteger este importante ‘monasterio del mundo’ no sólo para los budistas tibetanos, sino para toda la humanidad. Necesitamos lugares como Larung Gar, ahora más que nunca. No es demasiado tarde para salvarlo,” enfatizó Gere.
La concentración fue organizada por organizaciones tibetanas de Suiza y la Campaña Internacional por el Tíbet.-