Herald Tribune | 24 de mayo de 2016
Los budistas tibetanos de la Prefectura Autónoma de Ganzi, en el oeste de China, han crecido acostumbrados a aplicar discreción a su espiritualidad, especialmente en mostrar apoyo a su líder, el Dalai Lama, entre la creciente vigilancia y control del régimen comunista.
“Mucha gente lleva su fe en sus corazones,” dice un joven monje de Kangding, la capital de Ganzi, donde vive alrededor del 80% del casi millón de tibetanos.
El monje de unos 30 años, quien prefiere mantener el anonimato, explica que no se le permite tener una foto del Dalai Lama en su habitación del monasterio, pero confiesa que guarda una en una ubicación secreta.
Beijing no solo se niega a reconocer al Dalai Lama, sino que lo acusa de estar detrás de las tensiones y protestas pro independencia, algunas llevadas a cabo en la forma de autoinmolaciones, las que han estado teniendo lugar en la Región Autónoma del Tíbet y las áreas limítrofes como Ganzi, localizada al oeste de la provincia china de Sichuan.
Las tensiones entre China y Tíbet tuvieron un pico en marzo de 2008, cuando decenas de personas murieron en disturbios que estallaron en Lhasa, la capital tibetana, y se extendieron a provincias en China y la meseta tibetana, incluidas Sichuan, Gansu y Qinghai.
Desde entonces, 145 tibetanos se han autoinmolado en esas áreas, 45 de ellos en Sichuan, según Save Tibet.
La última de estas ocurrió cuando un monje de 18 años, Kalsang Wandu, se prendió fuego frente al monasterio de Ganzi, en marzo.
El gobernador de la prefectura, Yu Xi Da Wa, les dijo a los periodistas que la región es pacífica y que tal información es manipulada por fuerzas externas.
Sin embargo, un informe de Human Rights Watch (HRW) dice que la mayoría de las protestas en las áreas tibetanas han tenido lugar en Sichuan, y cerca de 500 arrestos han sido efectuados en la meseta tibetana entre 2013 y 2015, casi todos por mostrar apoyo al Dalai Lama.
Tsering, un residente de Kangding, le dice a EFE que aunque hay tensión en todos lados, la situación no se ha salido de control porque los tibetanos quieren proteger su cultura y saben que hay algunas cosas que no pueden hacer.
Una de ellas es tener el clásico, altar privado en tributo al Dalai Lama, quien ha vivido en el exilio en Dharamsala, India, desde que China invadió el Tíbet en 1950.*
“Las religiones deben adaptarse a la cultura del país. No importa si vives en un monasterio o eres un monje. Debes seguir la ley,” dice el gobernador Yu.
Él agrega que la estabilidad es de suma importancia, citando como ejemplo la inversión hecha por el gobierno chino, de 4.482 billones de dólares al año en infraestructura y otros servicios, para desarrollar la prefectura.-
*N del T.: China invadió el Tíbet en 1950; el Dalai Lama se exiló en India en 1959.-