Tibetans Nun Project
Nacida en una sencilla familia del Tíbet oriental, Lobsang Dolkar, se convirtió en monja en su adolescencia. Sin oportunidad de estudiar, pasó sus días en los coros familiares y atendiendo el ganado. Ser una monja significaba recitar mantras y hacer postraciones.
Cuando su hermano se casó, ella se sintió libre para hacer una peregrinación a Lhasa donde se hizo amiga de otra monja. Ella decidió ir a India para asistir al Kalachakra de 1990 dado por Su Santidad el Dalai Lama. Capturada dos veces cruzando hacia Nepal y entregada de vuelta a los chinos, su tercer intento fue exitoso.
Lobsang Dolkar no tenía planes de quedarse en India, pero su amiga la convenció de que no era útil retornar al Tíbet y que ellas debían inscribirse en Dolma Ling, un convento recientemente fundado.
Ella está en la primera tanda de monjas que entraron al programa de estudios y que al mismo tiempo ayudaron con su construcción. Fue un momento dichoso de 1994, cuando ellas se mudaron a las habitaciones recién construidas y tuvieron un hogar en India. Tristemente, ella no volvió a ver a sus padres, ellos murieron hace dos años.
Cuando comenzó sus estudios, fue difícil para ella captar lo que se le estaba enseñando dado que no tenía educación previa. Pero nunca se rindió. Ella siente que la oportunidad de conseguir el título de Geshema es muy especial y está agradecida a Su Santidad el Dalai Lama por su apoyo continuo a la educación de las monjas. El acceso a este título anima a las monjas a perseverar.
Lobsang dice que al principio tenía miedo de enfrentar los exámenes de Geshema, pero que nunca pensó en echarse atrás porque no quería que las monjas más jóvenes aceptaran el fracaso sin esforzarse fuerte por su título. En mayo ella pasó con éxito su segundo año de exámenes, de un total de cuatro. Si todo sigue bien, será Geshema en 2017.
Mirando atrás sobre lo lejos que ha llegado, Lobsang aprecia la importancia de la educación y está agradecida a todos sus maestros y al personal por su dedicación a las monjas.-