RFA | Comentarios de Tsering Woeser | 9 de diciembre de 2015
La autora Tsering Woeser ha usado su blog “Invisible Tibet,” junto con la poesía, la investigación histórica y las plataformas de medios sociales para dar voz a millones de tibetanos étnicos que están impedidos de expresarse hacia el mundo exterior, por los frenos del gobierno sobre la información. En un comentario reciente, ella describe sus primeros pleitos con las autoridades chinas sobre sus trabajos publicados.
El primer gran problema que tuve en mi vida fue por la edición china de Notas sobre el Tíbet. Eso fue hace más de 12 años atrás, pero lo recuerdo como si hubiese sido ayer, porque la oscura sombra de este régimen, que silencia el disenso y despoja a sus ciudadanos de sus más básicos derechos, todavía está enroscada en mi psique.
Y ese problema probó ser una bendición disfrazada, porque me colocó en el camino de convertirme en una autora independiente, donde encontré dificultades y peligro, pero también una valiosa libertad espiritual, por la cual estoy profundamente agradecida.
Como escritora viviendo bajo un poder autoritario absoluto, siempre he sido sujeto de investigación por mis escritos. Pero antes de Notas del Tíbet, escribía principalmente poesía, donde los significados son oscuros y metafóricos, y pueden ser llevados por el mundo como si estuvieran escondidos dentro de un amuleto.
Pero tan pronto como comencé a escribir no ficción, aunque en un estilo literario, se convirtió en una cuestión de hecho y de registro histórico, y fui castigada muy pronto por ello.
Notas del Tíbet fue publicado por la China Huacheng Publishing Co., en 2003 y tuvo una recepción entusiasta de los lectores, y le siguieron otras ediciones, aunque un aspecto de él atrajo la atención del gobierno.
“Errores Políticos”
En un comienzo, el Departamento de Trabajo del Frente Unido del gobernante Partido Comunista Chino, dijo que el libro contenía “graves errores políticos.” La persona a cargo del trabajo ideológico sobre el Tíbet ordenó una investigación y prohibió futuras ventas del libro, requisando todas las copias que todavía tenía la editorial.
El libro fue blanco de grandes críticas en 2004, en una reunión de la Administración General de Prensa y Publicaciones (GAPP, por sus siglas en inglés), se dijo que “cometía serios errores políticos por elogiar al 14º Dalai Lama, y al 17º Karmapa Lama, y de hacer proselitismo y expresar devoción religiosa, mientras algunos capítulos entraban al territorio del malentendido político en variados grados.”
La Asociación de Literatura Tibetana, donde trabajaba en ese tiempo, dijo que el libro “exageraba e idealizaba los efectos positivos de la religión sobre la sociedad, mientras que muchos de sus capítulos exudaban un sentido de reverencia y adoración al Dalai Lama.”
“Por momentos, se vuelve ciego a los grandes éxitos de las pasadas décadas de reforma y apertura del Tíbet, cae en nostalgia por el viejo Tíbet y comete graves errores políticos y juicios de valor erróneos. Pierde de vista las responsabilidades incumbentes a un escritor de crear una cultura literaria progresista,” dijo la Asociación.
Me rehúse a admitir esos llamados errores, y entonces, un año después de la publicación y de la prohibición de Notas del Tíbet, perdí mi trabajo, mi hogar fue confiscado y mis pólizas de seguros revocadas, y se me prohibió solicitar un pasaporte para salir de China. Solo pude dejar Lhasa, la capital del Tíbet, para vivir en Beijing -a la que todavía no me he acostumbrado- con mi esposo Wang Lixiong, un escritor que investiga sobre el Tíbet y Xinjiang.
El Trabajo Continua
He continuado escribiendo poesía, ensayos, cuentos cortos, y colecciones de Historia oral, 14 volúmenes en total, mientras Wang Lixiong ha publicado tres volúmenes. Pero por supuesto estos libros, que están todos escritos en chino, no pueden ser publicados en China, solo en Taiwán y Hong Kong, en el caso de un volumen.
Ellos están prohibidos, y no pueden ser llevados a China.
Me siento muy complacida que 12 de mis libros hayan sido traducidos al inglés, alemán, francés, japonés, español, catalán, polaco y tibetano, y me gustaría agradecer a los traductores en este punto, por elegir mi trabajo, a la Czech Publishing Co., por su reconocimiento, y a mis lectores checos por su preocupación.
Las historias en los libros pueden haber sido escritas muchos años atrás, pero no son historias de misticismo y demonios tibetanos.
Estoy contando la historia del Tíbet invisible, del Tíbet histórico y verdadero como es experimentado por todos los tibetanos.-