The New York Times | Por Nick Cumming Bruce | 18 de noviembre de 2015
GINEBRA – Altos funcionarios chinos rechazaron acusaciones de uso de tortura generalizado, respondiendo el miércoles a preguntas de un panel de las Naciones Unidas, afirmando su compromiso de eliminar la práctica, aunque con escasez de detalles.
En su discurso de apertura antes de la vista del panel, del Comité Contra la Tortura de las Naciones Unidas, el embajador de China ante las Naciones Unidas en Ginebra dijo que la “copiosa información” que la delegación china había proporcionado mostraba logros “verdaderamente tangibles, físicos y sostenidos” en combatir la tortura. El embajador Wu Hailong, encabezó una delegación de 39 miembros en los dos días de audiencia.
Los defensores de los derechos humanos dijeron que la evasión de los oficiales a muchas preguntas planteadas en la audiencia mostró una desconsideración a las normas internacionales cercana al desprecio. Al progresar la audiencia, ellos escucharon, con lo que ellos describieron como una mezcla de incredulidad y escarnio, las respuestas de la delegación en el interrogatorio.
Li Wensheng, vice director de asuntos legales del Ministerio de Seguridad Pública, dijo que el “gobierno chino prohíbe la tortura y procesa al personal u órganos del Estado por sus actividades de tortura.” Él no tenía detalles, sin embargo, del número de procesamientos.
Como un ejemplo de los progresos del Estado en combatir la tortura, el juez Li Xiao de la Corte Popular Suprema dijo al panel que las cortes chinas habían encontrado 2.191 personas inocentes en un período de dos años y medio porque la evidencia fue insuficiente o conseguida de modo ilegal.
Pero la delegación no proporcionó ninguna información requerida por el panel sobre el número de los abogados chinos que han sido detenidos en el curso de la campaña que comenzó en julio, por acusaciones contra ellos. Se citó una serie de nuevos casos de abogados que “perturbaron el orden de la Corte” y el caso de Li Qinghong, quien “violó la disciplina de la Corte” varias veces.
El panel había pedido detalles sobre el número de detenidos políticos en el Tíbet, una región autónoma de China. Pero Jin Chunzi, la vice directora de la Comisión de Asuntos Étnicos del Estado, dijo al panel que “no hay tales casos de prisioneros políticos,” y agregó que “la acusación de trato cruel a los sospechosos de grupos de minorías étnicas no tiene base.”
El relato de la delegación sobre el trato de los prisioneros provocó una fuerte reacción. El panel había pedido detalles de las prácticas de confinamiento solitario en las prisiones chinas, y escuchado por parte de Li del Ministerio de Seguridad Pública que esto era “una cuestión de administración, pero no una medida punitiva.”
El presidente del panel, Claudio Grossman, dijo que estaba sorprendido de escuchar eso. “Es ciertamente percibido como una pena,” dijo.
Los miembros del panel también habían pedido más información sobre el uso de las sillas de hierro en los interrogatorios, las que los grupos de derechos humanos informan que se encuentran en cada estación de policía en China y en las cuales los prisioneros informar estar amarrados por horas, incluso días. Las autoridades hacen grabaciones en audio y video de los interrogatorios, se dijo al panel, entonces “no hay tal cosa de torturas a través de la aplicación de sillas de interrogación.”
Las sillas, conocidas como “sillas del tigre” son necesarias “para garantizar la seguridad del detenido, para impedir que el detenido se escape o se lastime o que ataque a otras personas,” dijo Li. “Si los sospechosos se suicidan, es difícil continuar el trabajo.”
Para evitar tales problemas, “la silla algunas veces es forrada con un acolchado suave para aumentar una sensación de confort, para aumentar la seguridad,” dijo él.
Al escuchar esto, Golog Jigme, un monje tibetano, dijo, “realmente tuve que reírme; lo miré a su cara y tuve que reírme.” El monje, que ha estado detenido varias veces desde 2008 y este año recibió asilo en Suiza, dijo que había pasado meses en tales sillas y todavía tiene las cicatrices. “Por mi seguridad,” dijo, “ellos incluso me colgaban de la silla.”
“Me quedé sin habla y en shock,” dijo en una entrevista después de la audiencia. “Es increíble que un país como China, que es altamente considerado dentro de la comunidad internacional, venga aquí y use esta plataforma para contar mentiras.”
Los grupos de derechos humanos llegaron en gran parte a la misma conclusión. “China estuvo diciendo ante un organismo clave de la ONU que no van a cumplir con tal convención,” dijo Sophie Richardson, directora de Human Rights Watch en China. “No es algo menor para China ser tan desdeñosa del derecho y el procedimiento legal acordado.”