The New York Times | Por Murong Xuecun | 17 de agosto de 2015
En el otoño de 2011, un amigo y yo discutimos sobre el Tíbet. “¿Sabes que los tibetanos se están prendiendo fuego a sí mismos?” me dijo.
Yo había estado de 2005 a 2008 en Lhasa, la capital tibetana, pero nunca me había enterado de tales actos de autoinmolación. Mi amigo me llenó de horribles detalles, y entones agregó “todos más allá de la muralla, sabemos esto. Un escritor al que le preocupa China, pero no va más allá de la muralla, sufre de una deficiencia moral. No deberías dejar que la muralla decida qué es lo que sabes.”
Cuando mi amigo dijo “más allá de la muralla”, se estaba refiriendo a la notoria Great Firewall de China que desde 1998 ha sido un proyecto del gobierno para filtrar y bloquear el contenido de Internet. Desde hace 17 años, la “muralla” es una característica frustrante de la vida, que parte el mundo chino en dos.
Un mundo defiende la información libre y el intercambio de ideas, el otro la censura y la vigilancia. La muralla cerca la información china en una prisión donde la ignorancia promueve ideologías de odio y agresión. Si la muralla existe indefinidamente, China acabará por volver a lo que fue: un Estado cerrado y de mente estrecha, beligerante y al margen de la ley.
Volviendo a ese día de 2011, mi amigo me ayudó a instalar un software de red privado –el que denominamos como “escalera”- el que permite a los usuarios superar la muralla. Una vez que mi escalera estuvo pronta, pude entrar a las web sin restricciones.
Muchos chinos, tal vez la mayoría, conocen más acerca de la historia antigua del país que de los hechos de las décadas recientes. Antes de que accediera a la red libre, yo era uno de ellos, parte de la masa ignorante. Pasar sobre la muralla por primera vez me abrió una ventana al mundo de la verdad.
Yo había estado enterado de que la Internet china era objeto de monitoreo y control, pero nunca había comprendido lo que significaba. En las pocas ocasiones que viajé al extranjero, usualmente estuve muy ocupado como para pasar en línea un tiempo significativo. Solo cuando saboreé la libertad a instancias de mi amigo, entendí la amargura de su ausencia.
Pero mucho de lo que encontré era inquietante. Una de las primeras cosas que busqué fueron los informes y las conmovedoras fotos de las autoinmolaciones de los tibetanos. Luego busqué información sobre la historia reciente de China: la campaña antiderechista de 1957-59, en la que cientos de miles de intelectuales fueron perseguidos; la Gran Hambruna de 1958-62; la Revolución Cultural de 1966-76, y las matanzas de Tiananmen de junio de 1989.
Muchos usuarios de Internet saben que no son libres en línea, pero lo aceptan. Los juegos en línea y una miríada de plataformas sociales mantienen a todos ocupados. Podemos hacer reservaciones en restaurantes y comprar todo lo que queramos. Solo un pequeño número de personas percibe lo que carece.
Mi primera red privada virtual fue cerrada por las autoridades después de tres meses. Pero en 2011 y 2012, era fácil encontrar una nueva escalera. Podía pedir ayuda en Weibo (un híbrido chino parecido a Facebook y Twitter) la gente me enviaba soluciones de software directamente. Si estaba en un verdadero aprieto, los amigos me ayudaban a instalar nuevo software. Para 2014, había establecido seis escaleras diferentes.
Por mi cuenta, de 30 de los sitios web más visitados del mundo, 16 son inaccesibles en China, incluyendo Facebook y Google (Yahoo y Bing están disponibles). En algunos casos, tales como Google, las compañías web, no están dispuestas a cooperar con el programa de vigilancia del gobierno. Muchos servicios web están bloqueados, parece, por ninguna otra razón que la de ser extranjeros.
Casi todos los sitios web bloqueados tienen homólogos chinos. Para la búsqueda, en lugar de Google, está Baidu. Si no tenemos Twitter, podemos usar Weibo. Está lleno de plataformas domésticas para compartir fotos personales y videos. El gobierno espera fomentar una sociedad de Internet que no se preocupe por la política o los asuntos actuales. Ha sido exitoso en gran medida, pero la muralla y sus arquitectos todavía enfurecen a gran parte de la población china en línea.
Todos –jóvenes, viejos, sureños, norteños- odian el mensaje de error: “404 Not Found” cuando aparece, muchos insultan al padre del Great Firewall, el ex jefe de la Universidad de Correos y Telecomunicaciones de Beijing, Fang Binxing.
En los últimos años, la palabra “muralla” ha sido usada creativamente. Si tu cuenta de Internet es cancelada, ha sido “amurallada.” Si eres arrestado, tu libertad restringida, tus posts borrados, todos esos pueden ser casos de estar “amurallado.”
En toda China este verano hay carteles de propaganda con el eslogan “¿Por qué China es fuerte? Solo por el Partido.” La palabra china fuerte “qiang” es un homónimo de “muralla,” lo que inspira a los subversivos a traducir el eslogan como “¿Por qué China está amurallada? Solo por el Partido.”
He pasado a través de ocho redes virtuales privadas. Nadie parece saber por qué una red de esa índole es cerrada. Puede estar trabajando normalmente un día, y al siguiente, es cerrada. Puedes pensar que es solo otra interrupción momentánea, pero después de muchos intentos, te das cuenta que tu red privada virtual fue bloqueada.
La tecnología de la muralla del gobierno se ha vuelto más sofisticada que nunca, y las grietas en la muralla se han vuelto más pequeñas. Casi cada día una nueva red virtual privada es cerrada, y es cada vez más difícil encontrar una opción confiable a largo plazo.
Este es un aspecto que disminuye el espacio para el disenso. En el pasado año y medio, 12 de mis amigos han sido arrestados, entre ellos académicos, abogados y periodistas. Internet era su principal canal de comunicación.
La situación no puede continuar. Al final, es una guerra entre la tecnología de vigilancia y la tecnología de Internet. Es difícil imaginar que un gobierno que se opone a la creatividad puede tener permanentemente la ventaja.
En los últimos años, he visto millones de usuarios de Internet expresar su indignación hacia la vigilancia y el bloqueo. Más chinos se están dando cuenta del valor de la libertad de expresión y del acceso a toda la información.-
* Se refiere a la barrera tecnológica desarrollada por el gobierno chino para ejercer censura en Internet, a través de bloqueos y cierres de páginas, sitios y redes.