por el crítico chileno Benedicto Andrés González Vargas
Llegó a mis manos el libro Los latinoamericanos y el Tíbet, de Aloma Sellanes, libro que, entiendo, tuvo una larga gestación que se inició a partir de la idea de volcar información a los latinoamericanos sobre el Tíbet, su religión, su situación presente y futura, en su más amplia y completa definición. El texto, escrito con un lenguaje ameno y claro, busca acercar al Tíbet, tan lejano y tan mítico, tan trascendente también y del que poca gente está informada de manera fiel y acabada. País desconocido, que fue la patria de los Dalái Lama hasta que el actual tuvo que salir del país debido a la invasión china, es la tierra donde el budismo enraizó para generar una de las más complejas, místicas y profundas formas, la del budismo tibetano, la de los lamas, en una historia en que se funden grandes iniciados, trascendentes boddhisatwas y una vida y una cultura que actualmente están en peligro de desaparecer debido a la voracidad ideológica de la China comunista.
¿Qué país puede invadir a otro, anexarlo, eliminarle su cultura sin que nadie haga nada por impedirlo? ¿Qué país puede, en esa nación conquistada, violar permanentemente los derechos humanos, movilizar millares de extranjeros para así convertir a los locales en una minoría y destruir sistemáticamente sus templos, sus costumbres y sus sitios culturales? China lo hace y el mundo guarda un silencio vergonzoso. Ni la Unión Europea, ni Estados Unidos, ni los Nobel de la Paz han dicho una palabra sobre el Tíbet sojuzgado. La digna lucha de Tenzyn Gyatso, el XIV Dalái Lama, aparecen en esta obra en toda su humilde y esforzada grandeza.
Libro notable, sin grandes ambiciones, pero que consigue transmitirnos la tragedia del Tíbet y las esperanzas inagotadas e inagotables de su líder. El texto se complementa con entrevistas a latinoamericanos que conocen y aman al Tíbet, a gentes que han estado con Su Santidad, el Dalái Lama, y han entregado su generoso grano de arena para abrir conciencias sobre la desgracia e injusticia de una nación pacífica que la China roja ha convertido en una provincia militarizada y sometida a la fuerza.
En cada país en que la diáspora tibetana tenga aunque sea un solo representante, la vergüenza debiera anclarse en sus ciudadanos, pensando en que, llegado el momento, nuestros gobiernos no hicieron nada por el Tíbet. China era demasiado fuerte, demasiado temible, demasiado apetecible y nuestros gobiernos hacían fila por agradarla. 34 son los testimonios que trae este libro que, sin duda, nos deja pensando sumidos en la necesidad de hacer o, al menos, decir algo.
En el prólogo, el XIV Dalái Lama hace una breve reseña sobre su relación con Latinoamérica y, al final, una entrevista a Tsewang Phuntso, dirigente de la Administración Tibetana en el Exilio para América Latina, nos da la visión de un tibetano que ha trabajado en contacto con nuestro continente y nos conoce muy bien.
Libro recomendable, libro imperdible.
Esta es una reimpresión de Ciudad Letralia (Chile)
El libro está disponible en Amazon u otras tiendas de libros en Argentina, Chile y México