La amplia definición de China de terrorismo incluye seguir las enseñanzas del Dalai Lama
The Diplomat
Por Shannon Tiessi
3 de febrero de 2015
El gobierno de la Región Autónoma de China ofrece recompensas de hasta 48 mil dólares por pistas sobre potenciales ataques terroristas, informó la prensa china durante el fin de semana. Ofrecer recompensas por “soplos” es una estrategia que ha sido incorporada en toda China como parte de una “guerra contra el terrorismo” más amplia.
Xinhua, citando un documento del departamento de seguridad pública regional del Tíbet, dijo que “las recompensas cubrirán pistas sobre organizaciones terroristas extranjeras y las actividades de sus miembros dentro de China, la difusión del extremismo religioso, la propaganda relativa al terror, a aquellos que producen venden y tienen propiedad de armas, actividades para ayudar a los terroristas a cruzar las fronteras nacionales y las actividades de terror vía Internet”.
En general las actividades antiterroristas de China se han centrado en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, patria del grupo minoritario uigur. Después de una serie de ataques terroristas mortales presuntamente perpetrados por los uigures con lazos con redes extranjeras terroristas del exterior, Beijing lanzó una campaña de un año contra el terrorismo centrado en Xinjiang. Además para prevenir ataques terroristas, la campaña también buscó prevenir la difusión del extremismo religioso. Las autoridades chinas creen que el material jihadista del exterior, particularmente el publicado en Internet está inflamando las tensiones étnicas y religiosas dentro de Xinjiang.
Sin embargo, mientras ha habido una serie de ataques terroristas violentos en Xinjiang en el último año, Reuters informa que “hay pocos indicios de que tales ataques hayan ocurrido en el Tíbet”. Sin embargo, el borrador de la ley antiterrorismo de China incluye una extraordinariamente amplia definición de terrorismo, una que incluye no solo ataques violentos, sino también “pensamientos o discursos” que apunten a “subvertir el poder del Estado” o a “separar al Estado”.
Esta nueva definición tiene una implicación para el Tíbet. China ha denunciado repetidamente al Dalai Lama, el exilado líder espiritual, como un “separatista”, argumentando que su prédica del “camino medio” y el aumento de la autonomía tibetana es meramente un código de una abierta independencia tibetana. Las autoridades chinas han prometido reprimir a los funcionarios dentro del Tíbet que “sigan al 14ºDalai Lama para separar el país, quebrar la unidad étnica, participar en organizaciones y actividades ilegales y difundir las opiniones reaccionarias”.
Beijing también acusa al Dalai Lama de estimular la violencia (incluyendo las autoinmolaciones de monjes tibetanos) aun cuando públicamente abraza un mensaje de no violencia. El último verano, la prensa china directamente acusó al Dalai Lama de incitar “al odio, al terror, y a acciones extremistas” a través de la ceremonia de Kalachakra.
Hablando con el Global Times, Gong Fanglin de la Universidad Nacional de Defensa de China dijo que dentro de China, Tíbet y Xinjiang están las áreas donde “el terrorismo se manifiesta intensamente”. Sin embargo, Gong indicó, que en el Tíbet la tendencia de los terroristas de ir a la ofensiva era “débil” comparada con Xinjiang, donde los ciudadanos están en gran riesgo de lavado de cerebro y lesiones físicas.
La Campaña Internacional por el Tíbet (ICT por sus siglas en inglés) advirtió sobre las implicaciones de la campaña antiterrorismo de China para el Tíbet el último otoño. La organización afirmó:
“El contraterrorismo manejado en el Tíbet tiene una particular dimensión, involucrando el entrenamiento de la policía en monasterios budistas, la caracterización de las enseñanzas religiosas del Dalai Lama como incitación al “odio” y la “acción extremista” y la implicación de que las autoinmolaciones tibetanas pueden ser caracterizadas como “terrorismo”’.
La ICT indicó también que el gobierno chino “ha organizado equipos de entrenamiento militar a gran escala, intensificado la seguridad de frontera y realizado ejercicios de entrenamiento para tropas en respuesta a las autoinmolaciones y en los monasterios”. La ICT agrega que “tales ejercicios están siendo conducidos a pesar de la ausencia de cualquier clase de incidente en la región, ni contra los civiles ni contra las autoridades chinas”.-