En medio de crecientes lazos con China, se informa que Sudáfrica le negó la visa al Dalai Lama
The Diplomat
Por Shannon Tiezzi
6 de setiembre de 2014
Según se informa el gobierno de Sudáfrica le negó el visado al Dalai Lama, impidiéndole asistir a la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz que se celebrará en Ciudad del Cabo, en octubre. El Dalai Lama recibió el Premio Nobel de la Paz en 1989. Él había asistido a las tres últimas reuniones de Premios Nobel de la Paz, que se celebraron en Varsovia (2013), Chicago (2012), Hiroshima (2010).
El representante en Sudáfrica del Dalai Lama, Nangsa Chodon, dijo a Reuters que había “recibido informalmente la información de que Su Santidad no conseguirá su visado”. El ministerio de Asuntos Exteriores sudafricano negó que hubiera rechazado la solicitud de visado del Dalai lama, diciendo en cambio que el líder espiritual tibetano había anulado su viaje.
Esta no es la primera vez que el Dalai lama ha afrontado dificultades para viajar a Sudáfrica; su solicitud de visado se negó en 2009 cuando procuró asistir a una conferencia de paz. En 2011, cuando procuró asistir a la 80ma celebración del cumpleaños del arzobispo Desmond Tutu, la solicitud de visado del Dalai lama se retrasó tanto tiempo que un tribunal sudafricano denunció el tiempo “irrazonable” del proceso.
Beijing, que considera al Dalai lama una fuerza del separatismo tibetano, dio la bienvenida a la noticia de que él no viajaría a Sudáfrica. En una rueda de prensa ordinaria, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Qin Gang reiteró la postura de China de que el Dalai Lama es un separatista que procura “sabotear la unidad nacional de China so pretexto de la religión”. En consecuencia, Qin dijo, “China alaba en gran medida el apoyo firme que el gobierno de Sudáfrica ha mostrado hacia China en cuestiones de soberanía e integridad territorial”. Añadió que tal apoyo estaba “implícito en la sociedad integral y estratégica entre China y Sudáfrica”.
En efecto, la decisión de prohibir el ingreso del Dalai lama, llega con el telón de fondo de la profundización de los lazos entre Sudáfrica y China. Justo cuando las noticias del representante del Dalai Lama surgieron, la ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Maite Nkoana-Mashabane estaba en Beijing para el primer Grupo de Trabajo Conjunto Interministerial sobre Cooperación Sudáfrica-China. Las condiciones para el grupo de trabajo fueron convenidas durante la visita del presidente Xi Jinping a Sudáfrica en marzo de 2013. El grupo principalmente trata con el comercio y la economía, con atención a la supervisión de la realización de los proyectos cooperativos ya convenidos. El ministerio de Relaciones internacionales y Cooperación de Sudáfrica dejó claro que procura usar mayores lazos económicos con China “para abordar la desigualdad, la pobreza y el paro”.
Los dos países también buscan estrechar los vínculos en la esfera militar. Solly Shoke, jefe de la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica, estuvo en Beijing a finales de agosto, donde se reunió con el ministro de Defensa chino Chang Wanquan. Ambas partes acordaron ampliar su cooperación bilateral en Defensa, particularmente a través del aumento de los intercambios y visitas de alto nivel.
Las relaciones de China y Sudáfrica han recibido un impulso en los últimos años, a partir de la interacción de los dos países en las reuniones del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Xi Jinping y el presidente sudafricano Jacob Zuma mantuvieron un encuentro bilateral al margen de la Cumbre del BRICS 2014 en Fortaleza, donde los dos hombres se comprometieron a seguir buscando una cooperación más estrecha en los asuntos internacionales y regionales. Zuma espera visitar Beijing más adelante este año.
Permitir al Dalai lama asistir a una cumbre de laureados con el Nobel de la Paz en Ciudad del Cabo habría amenazado con hacer descarrilar el progreso hecho en las relaciones entre China y Sudáfrica. Beijing generalmente reacciona furiosamente cuando al líder tibetano exilado se le permite asistir a acontecimientos importantes en otros países, y esa cólera se puede extender más allá de formalidades diplomáticas para tener consecuencias en el mundo real. En 2012, cuando el primer ministro británico David Cameron se encontró con el Dalai lama en Londres, Beijing respondió anulando reuniones ministeriales bilaterales. Durante más de un año, no hubo contacto diplomático significativo entre los dos gobiernos, mientras Beijing intencionadamente favoreció a los rivales europeos del Reino Unido, Francia y Alemania, con visitas diplomáticas y acuerdos económicos.
Sudáfrica estaba poco dispuesta a arriesgar la ira de Beijing, dejando al Dalai Lama asistir al acontecimiento de Ciudad del Cabo. Sin embargo, no todos están contentos con la decisión. La alcaldesa de Ciudad del Cabo, Patricia de Lille, que también es organizadora de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz de este año, expresó su esperanza de que concedieran la visa al Dalai Lama. Ella advirtió sobre “la humillación internacional” para Sudáfrica si se le da la espalda al Dalai Lama.-