Por JAGDISH N SINGH
The Jerusalem Post
2 de setiembre de 2014
Me pregunto si los tibetanos en el exilio, en India y muchas otras naciones, serán capaces de retornar a su patria. Su líder espiritual el Dalai Lama está haciendo desde hace mucho lo mejor para dar fin a este predicamento. Uno de los mejores practicantes de la metodología de la lucha política de Gandhi en nuestros tiempos, ha abandonado cualquier demanda por independencia para el Tíbet. En 1974 fue adelante con su política del camino del medio, según la cual los temas de diplomacia, defensa, comunicaciones y finanzas estarían bajo la jurisdicción del gobierno central de Beijing, y aquellos como cultura, educación, medioambiente y religión bajo el gobierno provincial tibetano de Lhasa. En armonía con el esbozo del Dalai, sus representantes han presentado a Beijing el Memorando sobre Autonomía Genuina para el Pueblo Tibetano.
Este memorando cumple con las condiciones para una autonomía regional nacional establecida en la Constitución china y en el Acuerdo de los 17 Puntos de 1951. Encuentro que no hay nada objetable sobre la proposición del Dalai de que todos los tibetanos se encuentren bajo una única administración autónoma. Al firmar el Acuerdo de los 17 Puntos, incluso Zhou Enlai, el primer Premier de la República Popular China, había reconocido esto como una demanda razonable. En 1956, cuando se estableció el Comité Preparatorio para la “Región Autónoma del Tíbet”, el vice premier, Chen Yi señalando un mapa dijo, si Lhasa pudiera ser hecha la capital de la Región Autónoma del Tíbet, lo que incluiría a las áreas tibetanas dentro de otras provincias, esto contribuiría al desarrollo del Tíbet y a la amistad entre las nacionalidades tibetana y china.
Sin embargo, no ha habido avances. Beijing parece haber estado continuamente sospechando del Dalai Lama y sus partidarios. Ha alegado que ellos “están tratando de impulsar visiones extremas y radicales”. Se ha reiterado que estarían dispuestos a conversaciones con Dharamsala solo “si el Dalai Lama renuncia realmente a la independencia tibetana”. Las autoridades de China han dicho que las varias rondas de conversaciones, mantenidas desde el restablecimiento de los contactos entre Beijing y Dharamsala, en 2002, se han descarriado principalmente porque el Dalai Lama ha tenido un plan secreto separatista para extender su autoridad sobre el Tíbet entero, incluyendo, Sichuan, Qinghai, Gansu y Yunnan.
La semana pasada llevé una delegación de medios de comunicación de India, Nepal y Bután para interactuar con funcionarios de la Región Autónoma Tibetana residentes en Lhasa. Encontré que hubo poco cambio hasta ahora en su percepción del Dalai. Le pregunté al vicesecretario ejecutivo del Comité del Partido Comunista Chino de la Región Autónoma Tibetana, Wu Yingjie cuál era el estado del diálogo entre Beijing y Dharamsala sobre la solución de la cuestión tibetana y de las nueve rondas de conversaciones entre los dos terminadas en un punto muerto en 2010, a lo que él dijo que sus demandas eran simplemente inaceptables. Presionado sobre lo que él pensaba que era equivocado en las varias propuestas del Dalai sobre el tema, dijo que había intereses no por una “autonomía genuina” sino por una gran autonomía. Dijo que ellos ni siquiera dieron el tema de defensa al gobierno central, por su demanda de desmilitarización del Tíbet y la creación de una zona neutral. “¿Cómo puede el Dalai Lama demandar que China retire su ejército del Tíbet? El Ejército es un símbolo de nuestro Estado. ¿India estaría de acuerdo en retirar su ejército de Arunachal Pradesh?”, replicó.
Afirmó que “las conversaciones entre los representantes del Dalai Lama y Beijing estaban en curso y eran delicadas. Estamos discutiendo solo su futuro, no el del Tíbet. Muchos líderes tibetanos han elegido retornar a Tíbet en los recientes años. Un alto lama de Chengdu ha retornado de Suiza. Todos los tibetanos, incluido el Dalai Lama y la gente de su entorno, podrían retornar si ellos aceptaran que Tíbet y Taiwán son parte de China y abandonaran sus esfuerzos ‘separatistas’”, dijo.
Nuestra delegación halló que el Director de la Oficina de Información de la TAR, Jigme Wangto y el profesor de Tibetología del Centro de Investigación de Beijing, Lian Xiagmin sostuvieron opiniones similares. El último incluso alegó que el Dalai había instigado la mayoría de las autoinmolaciones que tuvieron lugar en el Tíbet recientemente.
Dado el funcionamiento del sistema internacional contemporáneo, si es que hay uno, no creo que pueda haber mucha diferencia entre la percepción china y la política de respuesta en la materia. En el pasado reciente el Parlamento Europeo ha adoptado una resolución pidiendo a China reanudar un diálogo constructivo con los representantes del Dalai Lama sobre una “verdadera autonomía para el Tíbet” y “considerar el Memorando para una Autonomía Genuina para el Pueblo tibetano de noviembre de 2008 sobre la base de una discusión sustantiva. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha dicho que solo “un diálogo sustantivo” con los representantes del Dalai Lama podría llevar una “verdadera y duradera estabilidad al Tíbet”. El Congreso estadounidense aprobó una resolución reconociendo la difícil situación del pueblo tibetano y su líder espiritual el Dalai Lama y pidió a China “cesar su represión sobre el pueblo tibetano y aliviar inmediatamente las duras políticas impuestas sobre los tibetanos”. Además, el presidente Barack Obama y varios otros líderes de estatura en la democracia occidental han planteado el tema del Tíbet con sus sucesivos homólogos chinos y los ha instado a hablar con el Dalai y resolver el tema. Pero todo esto ha tenido escaso efecto.
Estoy deseoso de ver qué hace el Dalai para ganar los corazones y las mentes de aquellos que importan en el sistema chino actual. Estoy más que convencido que la suya es una filosofía de coexistencia. En interacción con los medios el Dalai una vez dijo, “debemos construir buenas relaciones con los chinos… no debemos desarrollar sentimientos antichinos. Debemos vivir juntos lado a lado. En el Tíbet, los chinos han y los tibetanos pueden vivir felizmente… no cometer violencia… la violencia va contra la naturaleza humana”.-
El autor es un prestigioso periodista indio de Nueva Delhi.