Por Carey L. Biron
IPS (Inter Press Service)
WASHINGTON, 4 DE MAYO DE 2012 – El viernes, un panel de debate en Washington hizo un llamado al gobierno de los Estados Unidos a dejar de tratar la cuestión de la violación de los derechos humanos y civiles de los tibetanos, como un asunto moral.
En cambio, ellos instaron al gobierno a poner el foco sobre Tíbet como un asunto estratégico, y de fundamental importancia para los Estados Unidos.
“Tíbet se ha vuelto un asunto moral y ha sido marginado” dijo Brahma Chellaney, un analista del Centro para la Investigación Política de Nueva Delhi. “Necesitamos volverlo al centro de la escena y reconocer que Tíbet está unido a la seguridad tanto de Asia como a la seguridad internacional”.
“No podemos hacer progresos si tratamos al Tíbet como un asunto moral en lugar de un asunto estratégico” concordó Michael J.Green, un asesor del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, aquí en Washington.
Los comentarios vinieron durante un panel de debate organizado en el Capitol Hill por la Iniciativa de Política Exterior, un comité de expertos neoconservador.
Según Green, la administración del presidente Barack Obama ve al Tíbet solo a través de la lente moral, y así está dispuesto a tomar decisiones en deferencia a la relación bilateral con China.
Él hizo notar su desilusión con la pública decisión del presidente Obama de 2009, de dilatar la reunión con Su Santidad el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano, y sugirió que la decisión tuvo implicaciones a largo plazo, por cómo otros gobiernos sintieron que debían tratar la ira de China con respecto a los asuntos relacionados con el Tíbet.
“Cuando se les pidió reunirse con el Dalai Lama, los tres anteriores presidentes de Estados Unidos acordaron hacerlo, esa era la dirección correcta” dijo Green. “Después de la decisión de Obama, sin embargo, los países de la Unión Europa se sintieron “acosados por China”.
Green señaló los ejemplos de Dinamarca, Francia y Australia, donde los diplomáticos chinos presionaron después de la decisión del presidente Obama, para tener éxito en obtener de esos gobiernos varias concesiones a Beijing sobre reunirse con el Dalai Lama.
“Tengo la firme sospecha que la decisión de los Estados Unidos tuvo un efecto dominó” dijo Green.
Lodi Gyari, el enviado especial del Dalai Lama y mediador por largo tiempo entre los chinos y el gobierno tibetano en el exilio de Dharamsala, India, advirtió a los gobiernos no “rehuir el debate sobre el Tíbet”.
“Necesitamos ver un compromiso visible de los líderes mundiales” dijo.
En el pasado, Gyari indicó “ha habido mucha gente expresando su simpatía” por la causa del Tíbet. “Pero Tíbet ha sido visto rara vez como relevante para Washington”.
Con India y China jugando papeles centrales en la política exterior de Estados Unidos, cada uno de los panelistas señaló que Tíbet constituye un componente natural –y crítico- tanto de las conversaciones trilaterales como bilaterales entre esos tres países.
“Para India y los Estados Unidos, ningún tema constituye más un interés compartido que Tíbet” Lalit Mansingh, un embajador y ex secretario de Exteriores de India, dijo en el panel de debate. “El Tíbet debe ser reconocido como un área de discusión en cualquier conversación entre India y los Estados Unidos”.
Según el análisis presentado por los panelistas, la centralidad del Tíbet en las discusiones relativas a la seguridad puede crecer sustancialmente bajo ciertas contingencias.
“No podemos descartar que el Tíbet será el siguiente campo de batalla de Asia”, advirtió Mansingh. “Hay una sensación creciente de que las relaciones entre India y China no están mejorando”.
Para el gobierno indio, dijo Mansingh, de los siete asuntos más acuciantes entre India y China, cinco están en Tíbet.
“Primero y en el lugar más destacado están las disputas territoriales” dijo. “Actualmente hay más de 4000 kms de asuntos fronterizos sin acuerdo, de los cuales no hay soluciones a la vista. Estas negociaciones se han estado dando por 60 años y actualmente no van a ninguna parte. Es preocupante”.
Según Chellaney, tales tensiones podrían ser exacerbadas por lo que algunos sugieren es una creciente beligerancia de parte de los militares chinos, el Ejército Popular de Liberación (PLA, por sus siglas en inglés). En el futuro, él sugirió, los militares podrían ser llamados a mandar más.
“Los generales del PLA han sido cada vez más públicos sobre su propio rol”, dijo Chellaney, señalando una serie de recientes artículos en la prensa escrita de servidores del ejército “pidiendo por disciplina” a la parte del Partido Comunista gobernante de China “y aludiendo al papel de los militares en asegurar tal disciplina”.
Los activistas y académicos han expresado un marcado entusiasmo ante la perspectiva de un mayor compromiso estratégico de Estados Unidos en la cuestión tibetana. Pero ellos advirtieron que sería necesario un equilibrio entre el foco sobre la estrategia y las prioridades en los derechos humanos.
“La promoción de los derechos humanos debe ser un componente esencial de las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos con China”, dijo a IPS, Kate Woznow, vice directora de Students for a Free Tibet. “En efecto, el caso de Chen Guangcheng ha elevado los derechos humanos al centro de las discusiones sobre estrategia y economía”.
Del mismo modo, señala Mary Beth Markey, presidente de la Campaña Internacional por el Tíbet, “como muestra esta semana, los derechos humanos tiene un lugar prominente, en las relaciones Estados Unidos- China. No vemos una compensación entre los derechos humanos y los asuntos económicos y de seguridad, ellos están entrelazados”.
Si hay asuntos estratégicos para los Estados Unidos, muchos provienen de la cuestión de los derechos humanos, dice Woznow. “Si no podemos confiar en China en estos asuntos básicos –de estado de derecho, garantía de los derechos individuales- ¿cómo podemos confiar en tratar grandes acuerdos internacionales?”
Students for a Free Tibet instaría a la administración estadounidense a abordar juntos temas de derechos humanos y preocupación estratégica.
“Nos gustaría ver a la administración de Obama decirle a Beijing, “Hasta que ustedes traten la situación de Tíbet, continuará habiendo un impedimento para nuestra completa relación política y económica” dijo Woznow.
Sin embargo, muchos ven poca esperanza de cualquier cambio amplio en la política de Estados Unidos en el futuro inmediato. “La realidad es también que Tíbet no es de importancia estratégica para los Estados Unidos” dijo Thierry Dodin, el director de TibetInfoNet.
“Y al final del día, no hemos visto un compromiso significativo de los Estados Unidos con algo que no tenga un significado estratégico para ellos. No veo este cambio en este momento”.-