Por Edward Wong | THE NEW YORK TIMES
7 de abril de 2012
DHARAMSALA, India – Cientos de tibetanos que asistieron a una importante ceremonia budista en enero, en India, han sido detenidos sin cargos por los oficiales de seguridad chinos, a su retorno a Tíbet, según sus familiares y amigos que viven en el exilio en India, grupos de derechos humanos y funcionarios del gobierno tibetano en el exilio.
Esta es la primera vez que las autoridades chinas han detenido a un gran número de peregrinos tibetanos que retornan de la ceremonia, realizada regularmente en India, entre otros lugares.
Muchos de los peregrinos son mayores y han estado detenidos por más de dos meses en el Tíbet central, o lo que China llama la Región Autónoma de Tíbet. Los detenidos están siendo interrogados y sometidos a clases de reeducación patriótica, y se les ha ordenado denunciar al Dalai Lama, quien presidió la ceremonia, conocida como Kalachakra, dice la gente que ha investigado las detenciones. Los detenidos están siendo retenidos en hoteles, escuelas y centros o bases de entrenamiento militar; algunos están siendo forzados a pagar por su alojamiento y comidas.
Se espera que las detenciones aviven el resentimiento entre los tibetanos hacia el gobierno chino, en un tiempo en el que las tensiones en toda la meseta tibetana están en lo más alto en años.
Los peregrinos fueron detenidos en puestos de control mientras retornaban a través de Nepal o mientras volaban a Lhasa, la capital tibetana. Algunos han sido liberados, y muchos de los que fueron retenidos en el Tíbet central pero están oficialmente registrados como residentes en otras regiones, han sido enviados a esas áreas, según los investigadores, quienes entrevistaron a los detenidos que fueron liberados y a sus amigos y familiares.
La ceremonia de Kalachakra, un importante enseñanza ritual del budismo tibetano, tiene lugar algunos inviernos en Bodh Gaya, el sitio en el estado indio de Bihar donde se cree que el Buda obtuvo la iluminación. El Dalai Lama viaja allí desde su hogar en el pueblo de montaña de Dharamsala, para dar enseñanzas, y asisten tibetanos y otros budistas de todo el mundo.
Aunque el gobierno chino vilipendia al Dalai Lama y lo llama “separatista”, algunos funcionarios han estado dispuestos a permitir silenciosamente a los tibetanos, asistir a la ceremonia, dado su significado religioso. Este año, los oficiales chinos no concedieron pasaportes a muchos monjes que querían asistir, pero ellos aflojaron las restricciones en otras áreas; se informó que los tibetanos de la provincia de Yunnan fueron permitidos de asistir por primera vez. Muchos tibetanos que van a la ceremonia, a menudo viajan con pasaportes chinos a India a través de Nepal o vuelan directamente a India, y evitan explícitamente decir a los oficiales chinos que están planeando asistir al Kalachakra. El gobierno tibetano en el exilio estimó que 8 mil tibetanos de las áreas tibetanas de China asistieron este año.
No queda claro porqué los funcionarios chinos permitieron a grandes cantidades de peregrinos ir al extranjero en la época del Kalachakra, solo para detenerlos a su retorno. La represión parece ser parte de un conflicto creciente en las áreas tibetanas, las que en el pasado año han sido el lugar de las más intensas y sostenidas protestas desde el levantamiento de 2008. Lo más sorprendente son las inmolaciones: al menos 32 personas se han prendido fuego para protestar contra el gobierno chino; cerca de dos docenas de ellas han muerto. Los funcionarios chinos han dicho que algunos de los que intentaron la auto-inmolación eran mentalmente inestables o que estaban actuando bajo la dirección del Dalai Lama. El Dalai Lama ha negado la implicación.
“Acerca del retorno de los peregrinos, lo último que escuché es que ellos estaban detenidos y muchos colocados en habitaciones de hotel” dijo Lobsang Sangay, el primer ministro del gobierno tibetano en el exilio. Él agregó que los detenidos han sido “regularmente interrogados” con preguntas centradas en lo que varios funcionarios, incluido él mismo, el Dalai Lama y el ex primer ministro, Samdhong Rinpoche, habían dicho en discursos durante el Kalachakra.
Organizaciones de derechos humanos y grupos activistas por el Tíbet han sacado informes basados en la información recogida a través de entrevistas. “Es esta la primera instancia conocida desde fines de los setenta, en la que las autoridades chinas han detenido laicos en Tíbet en gran número para forzarlos a someterse a reeducación” Human Right Watch dijo en un comunicado. El grupo dijo que no es claro cuánto tiempo los detenidos se encontraban (en esa condición), y que no había informes sobre si alguno de los 700 han, el grupo étnico dominante de China, que asistieron al Kalachakra fueron detenidos.
Las llamadas hechas el viernes a las oficinas del Departamento de Trabajo del Frente Unido de Beijing, que ayuda a supervisar la política del Tíbet, y a la oficina de asuntos fronterizos de la Región Autónoma del Tíbet, no fueron respondidas.
Alguna percepción del pensamiento de línea dura sobre el Kalachakra puede ser obtenido de un comentario publicado el 28 de marzo por el China Daily, un diario del Estado en idioma inglés. El comentario, escrito por Xiao Jie, un investigador adjunto del Centro de Investigación de Tibetología de China, de Beijing, dijo que este año el Kalachakra “no fue una reunión política, fue un espectáculo político montado por el Dalai Lama y su camarilla en el nombre del budismo tibetano”.
Él agregó: “la asamblea estaba llena de sermones que instigaban al odio, al terror, y al extremismo, y el auto-proclamado ‘gobierno tibetano en el exilio de Tíbet’, irresponsablemente declaró que admiraba el espíritu del pueblo tibetano que cometió suicidio por auto-inmolación”.
El martes, Radio Free Asia, que es financiada por el gobierno de los Estados Unidos, informó que un gran número de los detenidos en Lhasa, habían sido liberados ese día, mientras al menos 200 más que estaban retenidos en Lhoka, fuera de Lhasa, todavía estaban en custodia.
Una mujer que vive en Dharamasala dijo en una entrevista que un pariente suyo que había ido al Kalachakra había sido informado por miembros de su familia en Lhasa que los oficiales querían que todos los peregrinos retornaran antes del Losar, el Año Nuevo Tibetano, que cayó a fines de febrero. El familiar se apuró a volver a Lhasa pero no se sabe de él desde entonces y se presume que está detenido.
Un escritor y ex empleado del gobierno en el exilio, Bhuchung Sonam, dijo que un amigo suyo en Dharamsala había descubierto que su madre estaba entre los detenidos. El amigo había llamado a su hermana en Lhasa para averiguar cómo estaba su madre. Según Bhuchung Sonam, la hermana respondió: “Mamá tiene un resfrío y fue hospitalizada poco después de volver. Ella está aquí para el Losar pero tiene que volver por más inyecciones”.
El amigo se dio cuenta luego que el mensaje codificado indicaba que su madre había sido detenida en una casa de huéspedes para interrogatorio y estaba siendo forzada a pagar las expensas por su estadía. La madre fue liberada para el Losar pero se le pidió que retornara para más interrogatorios, dijo Bhuchung Sonam.
Él agregó: “Creo que la decisión de Beijing de detener a aquellos que estaban retornando en masa de India, es una total paranoia hacia la influencia de la ‘camarilla del Dalai’”.-