(Publicada 19- 01 – 2011 en el Asian Age de India)
Estimado Hu Jintao,
Como el dirigente chino asociado más estrechamente con el Tíbet, usted ha declarado que el Tíbet es uno de los temas centrales más delicados en las relaciones entre China y los Estados Unidos. Suponemos que será un tema prioritario en sus reuniones con el presidente Obama esta semana.
Sr. Hu, usted comenzó su ascenso al poder siendo jefe del Partido en el Tíbet (aunque no le gustaba la altitud en Lhasa) y ha contribuido decisivamente a fijar e implementar la política hacia el Tíbet. ¿Al iniciarse el proceso de sucesión en el Partido Comunista Chino, cuál será su legado al Tíbet?
Los tibetanos no olvidan que usted presidió aquella época terrorífica de ley marcial en Lhasa en 1989 y que fue uno de los primeros dirigentes regionales en dar la enhorabuena a los que ordenaron a las tropas abrir fuego sobre la Plaza de Tiananmen tres meses más tarde.
Hoy la opresión en el Tíbet se está endureciendo. Los tibetanos han arriesgado sus vidas para expresar su lealtad hacia su líder el Dalai Lama y su angustia tras más de 50 años de opresión. Usted ha respondido fortaleciendo las mismas medidas que dieron lugar a la ola de protestas en su mayoría pacíficas que inundó las zonas tibetanas de la RPC a partir de marzo 2008. Usted ha incrementado el control hasta el estrangulamiento, imponiendo nuevas medidas que debilitan las instituciones del budismo tibetano y minan el idioma tibetano, la base de su cultura. A pesar de ser el dirigente de un estado comunista que promueve el ateísmo, usted ha llegado a declarar que los lamas tibetanos no pueden reencarnarse sin permiso gubernamental.
Sus acciones indican la existencia de profundas contradicciones en el liderazgo chino actual. Por un lado muestra un incremento de fuerza y una autoridad agresiva en sus declaraciones hacia el liderazgo global, mientras que por otro, considera cualquier desacuerdo pacífico con las políticas arrolladoras que el Partido Comunista impone desde arriba como una amenaza para la seguridad de su nación. Lo último no corresponde con la actuación de un estado fuerte. Como tibetanos, no somos los únicos en creer que la grandeza de una nación no se mide solo por el mercantilismo trepidante. Creemos que para que China alcance un día la grandeza usted debería gobernar con autoridad moral y tomar en cuenta los deseos y auténticos motivos de queja tanto de chinos como de tibetanos.
Urge la necesidad de cambio. Su gobierno y partido han llevado a cabo un ataque sistemático al estado de derecho y a la sociedad civil. Usted califica como criminales a dos de las voces más progresistas e importantes a favor de la paz en la escena mundial actual: nuestro líder, Su Santidad el Dalai Lama, y el erudito chino y ahora también Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo. El Tíbet está prácticamente cerrado a cal y canto y se dictan condenas de cárcel cada vez más largas en un intento a la larga inútil de amordazar a aquellos que expresan sus opiniones de forma pacífica. ¿Desea usted que el leitmotiv de su legado sea el terror infernal y estrangulador?
Sr. Hu, ya no puede usted decir que lo que ocurre en el Tíbet es simplemente un asunto interno chino. El Tíbet es un tema central para el mundo entero, no solo para China. El Tíbet constituye el Tercer Polo del planeta, con las mayores reservas mundiales de agua dulce fuera del Árctico y Antártico. La frágil ecología del altiplano tibetano – la fuente de la mayoría de los ríos asiáticos más importantes, incluyendo el Yangtze – es de vital importancia para las sociedades en las naciones río abajo que dependen de esa agua. Y sin embargo usted ha desarrollado y está implementando por la vía rápida estrategias económicas y proyectos de presas que se sabe contribuyen a los efectos adversos del calentamiento global y amenazan con devastar las comunidades río abajo, como la India.
La mentalidad del Siglo XXI requiere que dejemos atrás la mentalidad del Siglo XIX de construir naciones a base de explotar los recursos naturales. El consenso creciente entre eruditos chinos, tibetanos y occidentales es que su política de asentamiento de nómadas en el Tíbet está causando la degradación medioambiental y el empobrecimiento. Según los científicos, la sabiduría tradicional de los nómadas tibetanas acerca del ecosistema protege la tierra y el sustento y ayuda a restaurar las zonas ya degradadas. Resulta esencial involucrar a tibetanos en la sostenibilidad a largo plazo de los recursos de tierra y agua de los que depende el resto de Asia.
Sr. Hu, una nueva generación de líderes tiene la responsabilidad de escuchar las voces en el Tíbet y en China a favor del cambio y de elaborar con responsabilidad una política sobre el Tíbet. No es demasiado tarde para que, antes de que la sucesión llegue a su término, usted dé un paso importante e histórico referente a otra sucesión importante. El Dalai Lama es reconocido en el mundo entero como el máximo representante del pueblo tibetano. Cuando fallezca, las posibilidades de inestabilidad no decrecerán sino que aumentarán. Ahora es el momento para que un liderazgo chino con visión de futuro entable conversaciones con este líder moderado e influyente y venerado por miles de chinos, antes de que sea demasiado tarde.
Esperamos que su visita a Washington sea productiva.
Tencho Gyatso, Tsering Jampa, Pema Wangyal y Rinchen Tashi son miembros de International Campaign for Tibet (ICT, USA).