The Globe & Mail (Canada) | 21 de noviembre de 2016
El primer ministro de la administración tibetana en el exilio dice que Canadá podría ser un fuerte defensor de la búsqueda de su pueblo de los derechos humanos, en medio del crecimiento del nacionalismo a nivel mundial.
Lobsang Sangay dice que Tíbet ve al gobierno del primer ministro Justin Trudeau como un socio obvio en la “lucha” por la libertad en la región.
Mundialmente se puede ver una declinación del internacionalismo y del liberalismo en comparación con la década del 90, y hay un incremento del nacionalismo y del extremismo en todo el mundo. Claramente se puede ver esto a través del Brexit, no sólo Trump, el presidente de Filipinas y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, incluso en Israel, es una tendencia mundial,” dijo Sangay en una entrevista con The Globe and Mail, el domingo.
“Nosotros los tibetanos estamos más del lado liberal y del internacionalismo en lo que hace a los derechos humanos y las libertades básicas.”
Sangay está en Ottawa esta semana reuniéndose con parlamentarios por primera vez, desde que los liberales llegaron al poder el año pasado. Él está buscando el apoyo de Canadá en la búsqueda de autonomía para el Tíbet dentro del marco de la Constitución china, lo que se conoce como el “enfoque del camino medio.” Las reuniones llegan mientras Ottawa busca estrechar los lazos con China, incluso con conversaciones exploratorias sobre un acuerdo de libre comercio.
“El gobierno de los Estados Unidos ha declarado su apoyo al enfoque del camino medio,” dijo Sangay, quien es el líder político del Tíbet en el exilio desde 2011. “Sería muy bueno y muy apreciado si el gobierno canadiense también apoyara el enfoque del camino medio.”
Mientras la oficina del ministro de Relaciones Exteriores, Stéphane Dion, no expresó claramente si Canadá apoyaría la idea públicamente, la secretaria de prensa Chantal Gagnon dijo que el ministro planteó el tema en sus reuniones con su homólogo chino, Wang Yi, el 1º de junio y el 23 de setiembre.
“Nuestro gobierno continuará teniendo directas discusiones con China, incluyendo el respeto al estado de derecho y a los derechos humanos de todos los ciudadanos chinos, entre ellos los tibetanos. Nosotros hemos defendido constantemente un diálogo sustantivo y significativo entre el gobierno chino y el Dalai Lama o sus representantes, para trabajar hacia una resolución que sea aceptable para ambas partes,” dijo Gagnon.
“Creo que Canadá puede compartir orgullosamente con China su experiencia en tratar sus propios asuntos con las minorías,” dijo Sangay. “Quebec podría ser una buena referencia en lo que tiene que ver con el gobierno canadiense.”
También agradecería el compromiso del gobierno federal de reubicar más refugiados tibetanos de la India. Más de 900 tibetanos han arribado a Canadá desde 2013 como parte del compromiso del anterior gobierno de reasentar 1000 miembros del grupo minoritario. Los restantes refugiados arribarán a finales de enero. Un alto funcionario de la oficina de Inmigración dijo que no sabían si el gobierno anunciaría otra iniciativa de reasentamiento de tibetanos, pero reiteró el compromiso de Canadá en sostener su “tradición humanitaria para reasentar refugiados y ofrecer protección a aquellos necesitados de todas partes del mundo.”