Reuters | Por Ben Blanchard | 23 de agosto de 2016
Un enviado de derechos humanos de las Naciones Unidas dijo el martes que el gobierno chino interfirió con su trabajo durante una visita a China, al bloquear el acceso a individuos con los cuales él esperaba encontrarse.
Philip Alston, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, le dijo a los periodistas al final de nueve días de visita a China que le había notificado al gobierno de antemano, los académicos con los que quería reunirse en su visita, una práctica de rutina de un relator especial de la ONU.
“Ninguna de esas reuniones fue arreglada, y el mensaje que tuve de muchas personas que contacté fue que ellos habían sido aconsejados que debían estar de vacaciones en este momento,” dijo Alston, un australiano que es profesor de Derecho en la Escuela de Leyes de la Universidad de New York.
El ministro de Exteriores de China no respondió de inmediato a un pedido de comentarios.
“La posición que siempre han seguido las Naciones Unidas y que yo he seguido en todos los otros países que he visitado, y son muchos, es que el relator tiene derecho a reunirse con quienquiera reunirse, y que tiene derecho a ir dondequiera,” dijo Alston.
Desde que tomó su cargo más de tres años atrás, el presidente Xi Jinping ha reprimido a los disidentes, controlando a la sociedad civil y a la prensa y deteniendo a decenas de activistas de derechos humanos.
Los grupos de derechos humanos dicen que el gobierno está tratando de silenciar las críticas, y también dicen que las minorías étnicas del país, particularmente en lugares como el Tíbet, Mongolia Interior y la región occidental de Xinjiang, enfrentan duras medidas discriminatorias.
El gobierno rutinariamente rechaza las críticas a sus políticas hacia las poblaciones minoritarias, y niega cualquier abuso a los derechos humanos o a la libertad de expresión, diciendo que va contra los transgresores de la ley.
Alston dijo que fue llevado a hacer un “tour pésimo” a una aldea étnica modelo cerca de la ciudad sudoccidental de Kunming, donde funcionarios presentaron a las minorías en términos de danzas coloridas pero no en términos de educación o protección significativa del idioma y las tradiciones.
“El problema con las políticas sobre las minorías étnicas es que en un país como China, ellas son altamente asimiladoras,” dijo, aunque elogió a China por sus progresos en el alivio de la pobreza.
Los relatores especiales trabajan como voluntarios, no son parte del funcionariado de la ONU, y no obtienen paga por su trabajo.-