Tibetan Review | Por Diane Wolff | 20 de febrero de 2016
Con el trasfondo de la reciente visita del Papa a México y las vastas experiencias mundiales, Diana Wolff pregunta, dada la percepción de China de que la práctica libre del budismo y su máximo líder, el Dalai Lama, son las mayores amenazas a su gobierno en el Tíbet, si la paranoia de Beijing no es inapropiada, al ver a un socio potencial para la paz y el progreso como un enemigo.
Observé al Papa dar su Misa en Telemundo, en español. ¡Qué acontecimiento extraordinario!
Había cientos de creyentes en vestimentas tradicionales mayas. En la plataforma en la que la misa fue celebrada, las mujeres venían al podio, vestidas tradicionalmente y le hablaban al Papa en idiomas indígenas.
La música no era la de Iglesia de Europa, ni el canto gregoriano de la tradición monástica europea, sino la música del Popol Vuh, con un poco de la tradición mariachi de guitarras y clarinetes. Esta fue la Iglesia inclusiva. Fue la Iglesia de la teoría de la liberación.
El Papa habló con conocimiento de la historia. Los mayas se dirigieron a él con la palabra maya padre, Totec, no Papa, como es la costumbre en Roma.
Los creyentes vinieron al altar y leyeron la liturgia en idioma indígena, junto con la liturgia en español.
Fue realmente asombroso y me hizo pensar en el Tíbet. Allí los indígenas, los tibetanos, han sido sobrepasados por la inmigración de chinos han y el idioma chino ha reemplazado al tibetano como idioma oficial. La historia se repite al otro lado del mundo, en Asia. No pude evitar sino pensar: Cuán remarcable modelo sería la visita del Papa a México para la restauración del budismo en el Tíbet.
Esta asombrosa Misa de los Indígenas tuvo lugar en la diócesis más antigua de México, donde la Iglesia fue fundada, en 1539.
Sabemos por la historia lo que tuvo lugar en América cuando los españoles vinieron y conquistaron a los pueblos indígenas. Los sacerdotes españoles acabaron con las religiones indígenas y algunas de sus prácticas más extremas, como los sacrificios humanos. Estaría mintiendo si dijera que el Nuevo Mundo era un paraíso sin horrores.
Sabemos que los antiguos libros de los indígenas fueron destruidos y que los templos fueron destruidos. Todo esto me hizo pensar en la historia similar del Tíbet, cuando los chinos llegaron en 1950. También me hizo pensar en la Revolución Cultural en el Tíbet, un período que duró desde mediados de los sesenta hasta mediados de los setenta.
Sabemos que los españoles creían que su cultura era superior a la de los pueblos indígenas, y que España estaba brindando los beneficios de la civilización a aquellos que moraban en el supuesto retraso y oscuridad de su propia cultura, pero que el retraso estaba en el ojo del espectador.
Por ejemplo, los diáconos en la Iglesia indígena a menudo eran casados con hijos, y la gente les tenía más respeto porque respetaban más a un hombre casado que a los sacerdotes célibes. Quizá en ningún otro lugar de la Tierra, la vieja tradición del celibato de los sacerdotes de la fe católica fue desafiada como aquí.
Sabemos que la Iglesia dominó a América por cinco siglos. Sabemos que para eliminar los peores excesos de la Iglesia, los revolucionarios de Latinoamérica viraron a la izquierda, al comunismo.
Sabemos que en las Américas, a menudo la izquierda es tan mala como la derecha. Sabemos que el comunismo trajo beneficios mezclados, y en muchos casos, abusos, como en el sistema de cárceles de Cuba, con su represión hacia aquellos que hablan distinto al régimen. Sabemos sobre esto porque el gran director de cine Néstor Almendros lo documentó en su film, “Nadie Escuchaba”. Se puede obtener en Amazon. Lo recomiendo.
Sabemos que los comunistas chinos consideraban al budismo tibetano un obstáculo para el avance material del Tíbet. Sabemos que destruyeron monasterios y bibliotecas y obras de arte, porque conocemos la historia de la Revolución Cultural y la destrucción de los Cuatro Viejos. (N del T.: Viejas Costumbres, Vieja Cultura, Viejos Vicios, Viejas Ideas).
No se puede negar que los chinos han llevado beneficios para la modernización del Tíbet. Al igual que con el desarrollo en otros lugares de China, algo de la modernización es bueno y algo no es muy bueno. Hay costos, siempre, para el medio ambiente. Hay costos para la atmósfera cultural. Hemos visto suficientes modelos comunistas en Europa y en Latinoamérica, como para tener un poco de experiencia. No es ya más algo desconocido.
Y todavía, a pesar de la defensa de la filosofía materialista del marxismo y de la idea de la clase como la fuente de error en la identidad étnica, la práctica de la religión persiste. El mundo pudo ver lo que los cubanos le hicieron a sus prisioneros políticos, pero el mundo no ve, excepto en dosis limitadas, lo que el gulag, el laogai, el sistema penitenciario le hace a monjes y monjas en el Tíbet.
Sabemos del crecimiento de las inmolaciones de los monjes y las monjas. Sabemos que los chinos tienen miedo a la separación y afirman que el Dalai Lama es separatista. Pero el Dalai Lama quiere repatriarse al Tíbet y vivir en un monasterio como una persona religiosa privada y quizás un maestro.
Me pregunto si el Dalai Lama, como el Papa, montara en un lama-móvil por las calles de Lhasa y se le permitiera a los creyentes saludarlo y recibir sus bendiciones. Me pregunto cómo sería si el Dalai Lama estuviera besando bebés al frente del Potala. Y como he dicho antes, incluso Mao Zedong pensaba que el Dalai Lama era necesario para la resolución pacífica de la cuestión tibetana.
Entonces, me planteo esta pregunta: si el retorno de la Iglesia Rusa Ortodoxa no ha sido una amenaza para el Estado ruso, cuando una vez estuvo prohibida en la Unión Soviética, el permiso para la práctica de la religión tibetana, ¿plantea una amenaza para la RPC?
Es verdad que los tibetanos podrían retornar a la práctica de su religión. Cuando la Unión Soviética cayó, después de setenta años de comunismo, las viejas babushkas retornaron a las Iglesias para practicar la forma ortodoxa de la cristiandad. Pero esto no condujo al separatismo.
Los católicos intentan practicar su religión en Cuba. El Papa incluso fue a la isla comunista el año pasado, antes de la reanudación de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y se reunió con los católicos de Cuba. El intento por revivir la religión no condujo a un llamado a la revolución.
¿Puede una cultura aniquilar las tradiciones de otra cultura, incluso si la primera cree que sus tradiciones son superiores? Esa es la cuestión.
Mi amigo, el académico Warren W.Smith, autor del libro La Última Postura del Tíbet: El levantamiento tibetano de 2008 y la respuesta china. Warren Smith dice que los chinos están bastante felices con la situación en el Tíbet. Ellos lo ven como su territorio, no como un pueblo con su cultura y una religión, y entonces se pierden el punto del sufrimiento de la gente. Pero yo leí los informes que salen de las áreas tibetanas de las provincias occidentales chinas que tienen poblaciones tibetanas significativas, y me pregunto si los chinos pueden estar felices con el incremento de las medidas de seguridad, el incremento de la represión, el incremento de los castigos.
Cuando entrevisté a Warren en setiembre último en su oficina de Washington D.C., me dijo que él pensaba que el Tíbet era un trato hecho. Nada iba a cambiar. Que se terminó todo para el budismo tibetano, un sistema de pensamiento único en el mundo.
Pero dos artículos de interés en las noticias cambiaron mi idea.
Mongolia fue una vez la tierra del imperio mongol. Luego formó parte del imperio chino. Finalmente Mongolia Exterior cayó bajo el paraguas del Estado soviético. Comencé a leer los artículos sobre Mongolia, donde el budismo fue reprimido bajo el sistema soviético, pero fue retornando en el contexto del nuevo Estado mongol. Es verdad que hubo problemas con las relaciones comerciales entre Rusia, China y Mongolia, pero nada comparado a lo que el Estado padeció antes. ¿Por qué no el Tíbet como el líder de los viejos patrones de comercio en el sur de Asia? ¿Por qué no el Tíbet como un actor regional con una economía más desarrollada?
Luego vi el Papa en México y esto me llevó a especular. He escrito previamente sobre el modelo de los Reinos Perdidos de Gengis Kan, quien fue el primero en llevar al Tíbet al imperio mongol. El supremo kan dejó la religión y el comercio a los locales mientras ellos pagaban tributos y prestaban servicio en el ejército y en otras formas de trabajo ordenado.
Nadie puede encausar la historia para conformar los estándares modernos de justicia, pero la historia nos da una pista de qué tipos de comportamiento producen los mejores resultados y cuales no. Es un laboratorio de lo posible y un terreno de prueba para lo imposible. Como dice el erudito Simon Schama, “la historia importa.” Es verdad que hay obstáculos para la resolución pacífica de la repatriación del Dalai Lama, pero seguramente son negociables. ¿Por qué, por ejemplo, es tan difícil decir que el Tíbet ha sido a veces parte del imperio chino y a veces no? ¿Por qué la vieja teoría de las cinco razas de China es tan necesaria como parte del nacionalismo? ¿Cuáles son las cuestiones más grandes?
La historia de América Latina en términos de su experiencia colonial es mucho peor que la experiencia de China y su siglo de humillación, que comenzó con la Guerra del Opio a mitades del siglo XIX.
De hecho, uno debe reconocer que el temor chino a la separación ha estado en la raíz de la cuestión del Tíbet. Si uno examina la historia, uno ve que el problema de la división de China, a menudo vino como resultado de los asiáticos, los mongoles durante el período medieval y los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Ciertamente los rusos fueron una amenaza durante fines del siglo XIX y el siglo XX. Los políticos chinos mismos dieron golpes de desunión, entre ellos la caída de las dinastías y el gran trauma de la Rebelión Taiping que se dijo costó 50 millones de vidas.
¿El miedo chino es un miedo proyectado? ¿Está basado en la realidad tibetana? Sí, sé que algunos rebeldes tibetanos fueron impulsados a liberarse del cuento chino por la CIA y que ellos entrenaron y formaron un partido revolucionario en Mustang. Sé todo sobre eso. El Dalai Lama ha afirmado que él no quiere la violencia cometida por los tibetanos en su nombre. Esta es una fuente de consternación entre muchos jóvenes tibetanos. Es una fuente de frustración. Una fuente de negación de hombría. Esto es entendible, pero hablando en forma realista, ningún levantamiento tibetano tiene chance contra el Ejército Popular de Liberación o el aparato de seguridad. No se cuestiona la superioridad de la fuerza.
México tiene un pasado colonial trágico. Los indígenas sufrieron a manos de los colonizadores por muchos siglos. La provincia donde tuvo lugar la misa papal es la más pobre de México. La inclusión de los indígenas no ha sido una amenaza al Estado en México, porque la mayor amenaza al Estado es el comercio de droga. Hay amenazas al Estado chino en el sur de Asia. El comercio de drogas, el comercio de armas, la exportación de la jihad, las guerras calientes. Hay desastres naturales.
Los chinos creen que la repatriación del Dalai Lama conduciría al separatismo, pero si el Dalai Lama desea repatriarse, no sería esto un impulso a la resolución pacífica. La no criminalización de la religión, la amnistía de monjes y monjas en prisión por violación religiosa no significaría un nuevo momento en la historia de los chinos en el Tíbet. En verdad, hay muchos tibetanos laicos ahora, pero la práctica de la religión no debería ser prohibida ni ordenada. Esto es realmente un error. La conciencia individual no puede ser ordenada por el Estado. No ha funcionado en los laboratorios de historia. La orden de ISIS para la práctica de un Islam medieval es un ejemplo perfecto. El profeta mismo dice que la religión no puede ser coaccionada.
Si el Estado mongol está trabajando en las relaciones comerciales con Rusia y China, no es esto también un modelo para el Tíbet, junto con los nativos sanando el medioambiente, y una diversificación de la economía tibetana. ¿Cómo podría el Dalai Lama estar abogando por el separatismo si él residiera en un monasterio tibetano? Él ya ha dicho que no desea tener un rol en la vida política.
La imagen del Papa en México hablando a los pueblos indígenas es una expresión de compasión que continúa conmoviéndome. Me pregunto si quizá Xi Jinping podría aprender algo de la imagen del Papa, en su papa-móvil a través de las calles de las provincias más pobres de México y saludando a la gente y escuchándola hablar sobre las realidades de sus vidas.
No es popular especular en materia de historia comparativa y de religión comparativa, particularmente en esta instancia, uno de los problemas más espinosos de la dirigencia china. China ha invertido billones de yuanes en mejorar el estándar de vida del Tíbet. Esto tiene que ser reconocido. Sin embargo hay resentimiento. Hay sufrimiento. Los sentimientos están exaltados en todas las partes. Y entonces parece que el análisis es un antídoto para el dolor.
Las brillantes investigaciones psicológicas del budismo nos enseñan eso. Es verdad que hay escuelas devotas del budismo que se comparan con el cristianismo devoto de Occidente. Hay muchos niveles de enseñanzas en el budismo, y las más importantes de las enseñanzas son a menudo filosóficas y científicas en naturaleza, en vez de estrictamente religiosas en el sentido en el que se entiende la religión en Occidente. (Debo señalar que en esta coyuntura histórica, hay muchos tibetanos que se conciben a sí mismos como laicos, y algunos que se conciben como tibetanos culturales más que estrictamente tibetanos religiosos).
Las enseñanzas deben ser pensadas como independientes de las instituciones. Las instituciones pueden ser pensadas como academias, en la tradición de las grandes universidades de India del pasado, centros de aprendizaje que conferían títulos además de ser monasterios.
Lo que el budismo enseña es una investigación de los vicios de la mente que bloquean el progreso. Esta es una valiosa lección que habla a toda la humanidad. Es la naturaleza de la mente humana misma. La ciencia en el Occidente ha buscado aprender de su tradición al menos desde que las traducciones de la vasta literatura comenzaran a hacer su camino hacia la circulación general a mediados del siglo XX. El planeta necesita sanarse. Cualquier observador de las noticias puede ver eso. Y la sanación comienza en la mente.-
Diane Wolff es autora de tres libros sobre la historia y la cultura chinas. Su próximo libro será, The Mortal Wound: Why the Mongol Khans Destroyed the Caliphate.(La Herida Mortal: ¿Por qué los Kanes Mongoles Destruyeron el Califato?)