Radio Free Asia | 20 de noviembre de 2015
La visita a Lhasa, la capital del Tíbet, de legisladores de EE.UU la semana pasada fue una gran puesta en escena, con todos los signos de una fuerte presencia de los servicios de seguridad removidos de las áreas centrales de la ciudad antes del arribo de la delegación, según una fuente interna del Tíbet.
Nancy Pelosi, del partido demócrata de EE.UU encabezó una delegación de seis legisladores a la normalmente tensa y controlada ciudad, escenario de violentas protestas en 2008 contra el gobierno chino, el 10 de noviembre, en una visita de tres días, dijo un residente local al servicio tibetano de RFA, esta semana.
“En vísperas de la visita, funcionarios chinos de Lhasa ordenaron a diez miembros de cada división de cada municipio y a seis miembros de cada barrio, participar en actividades religiosas montadas,” dijo la fuente a RFA hablando a condición de anonimato.
“Ellos fueron reunidos de todos los sectores de la jurisdicción del gobierno de la ciudad de Lhasa y obligados a circunvalar los alrededores de lugares religiosos, mientras que a los monasterios de la ciudad se les ordenó organizar actividades religiosas durante los tres días.”
Según la fuente, a muchas de las personas que montaron las actividades religiosas, “se les pagó por su participación.”
“Por eso, fue muy difícil para Nancy Pelosi y los otros ver el verdadero estatus de la libertad religiosa en el Tíbet,” dijo.
La fuente dijo que todos los detectores de metal usados para escanear a la gente que entra al Jokhang, el templo principal de Lhasa, así como las carpas que regularmente monta la policía en el centro del distrito de Barkhor fueron removidas del área antes del arribo de Pelosi.
“La delegación de EE.UU. ni siquiera vio una de esas restrictivas puertas, entonces los visitantes pueden haber tenido una falsa impresión de paz y calma en el área,” dijo la fuente.
“En realidad, la situación es muy diferente.”
A la delegación se le mostró una Lhasa artificial donde la libertad religiosa y el progreso económico son disfrutados por todos, dijo la fuente.
“Ellos probablemente no vieron ninguno de los aspectos más oscuros de la vida tibetana en Lhasa, y así no entendieron los problemas en la región tibetana más amplia,” agregó la fuente.
“Sea lo que sea que vieron fue todo montado como parte de un plan engañoso que pintó una pintura errónea, por eso es importante que todos sepan la verdad.”
———–
Nota: Una información similar está contenida en una “carta confidencial” enviada a la Administración Central Tibetana por parte de un residente en Lhasa, que fuera publicada en el sitio web de dicha Administración.-