Centro Tibetano para los Derechos Humanos y la Democracia (TCHRD, por sus siglas en inglés)
1º de febrero de 2013
En el contexto de la represión implacable contra las protestas por autoinmolación, que incluyen detenciones arbitrarias, intimidaciones, alicientes monetarios y largas penas de prisión, las autoridades chinas han condenado a dos tibetanos por cargos de “homicidio intencional”; a uno se le dio una pena de muerte en suspenso, mientras que el otro recibió 10 años de cárcel por “incitar” y “coaccionar” a ocho personas a autoinmolarse, de las cuales tres murieron. Los otros cinco no se autoinmolaron después de cambiar de parecer o debido a la intervención de la policía. Así es el relato publicado en los periódicos oficiales chinos.
El 31 de enero, el Tribunal Popular Intermedio de Ngaba (Ch: Aba) Tibetana y de la Prefectura Autónoma de Qiang le dio a Lobsang Kunchok, de 40 años, pena de muerte con suspensión de dos años y privación de los derechos políticos de por vida. Su sobrino, Lobsang Tsering, de 31 años, fue condenado a 10 años de prisión, y se lo privó de sus derechos políticos durante tres años, de acuerdo con la agencia estatal de noticias china, Xinhua. El mismo día, el Tribunal Popular del condado de Sangchu (Ch: Xiahe) en la prefectura de Kanlho (Ch: Gannan), en la provincia de Gansu sentenció a seis tibetanos a entre tres y doce años de prisión por su presunta participación en la autoinmolación de un tibetano en octubre de 2012, informaron los medios estatales chinos.
La última sentencia es la primera de su tipo donde a un conocido tibetano se le ha dado una pena de muerte suspendida por “incitación” o “complicidad” con las protestas por autoinmolación, una acusación que el gobierno chino llama “homicidio intencional”. Las autoridades chinas han utilizado el artículo 233 de su Código Penal que estipula una pena de tres a diez años de prisión por homicidio intencional “si las circunstancias son relativamente menores”, y por lo menos de 10 años de prisión hasta la pena de muerte en circunstancias más graves.
Es revelador que las autoinmolaciones tibetanas, consideradas por muchos como una forma de protesta política para expresar las quejas, sean criminalizadas como “asesinato” utilizando el código penal chino. Aunque esto pueda ayudar al gobierno chino a dar una apariencia de legalidad al proceso de la sentencia, el mal uso de las disposiciones legales para cumplir los objetivos políticos es altamente condenable.
Tanto Lobsang Kunchok como Lobsang Tsering fueron detenidos en agosto de 2012, pero su detención y los cargos policiales contra ellos se dieron a conocer recién en diciembre de 2012 por el gobierno chino. Para entonces, las autoridades chinas habían hecho públicas las directrices publicadas por las principales autoridades judiciales y policiales de China para tipificar específicamente como delito, las actividades relacionadas con la autoinmolación, en virtud de sus disposiciones en el Derecho Penal. Además, la naturaleza de su detención en régimen de incomunicación permitie a las agencias del orden público mucho espacio para maniobrar el proceso de interrogación y obtener confesiones forzadas. La naturaleza politizada del sistema judicial chino permite a los funcionarios del gobierno y del partido intervenir en casos políticamente sensibles. Ambos hombres fueron representados por abogados chinos designado por el gobierno, con Xinhua diciendo que los hombres “no contrataron a ningún abogado por sí mismos”. Sin embargo, en el Tíbet a muchos sospechosos se les niega su propia elección de abogados debido a la sensibilidad política con la que los casos de los tibetanos son vistos por las autoridades chinas. Incluso los propios abogados con el valor suficiente para representar a clientes tibetanos, habían sido intimidados y presionados por las autoridades en el pasado.
Mientras que por un lado, el gobierno chino está tratando de desacreditar las inmolaciones tibetanas al criminalizar tales actos, otra motivación igualmente importante es establecer un vínculo entre las inmolaciones en protesta del Tíbet y sus llamados “instigadores” e “incitadores” en el exilio. Las autoridades chinas han indicado un objetivo político en la sentencia Lobsang Kunchok y Lobsang Tsering. Como Hong Lei, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo: “Esperamos que a través de la condena de estos casos, la comunidad internacional será capaz de ver con claridad los métodos malvados y maliciosos utilizados por la camarilla del Dalai Lama en las autoinmolaciones y condenar sus crímenes. ”
La politización de la judicatura por el gobierno chino y el Partido Comunista de China en el Tíbet no es nueva. El 2 de abril de 2008 en una reunión convocada por el Tribunal Popular Superior de la Región Autónoma del Tíbet (TAR, por sus siglas en inglés), Pema Thinley, entonces vicegobernador de la TAR y también subsecretario del Comité Permanente de Asuntos Políticos y Jurídicos del Partido Comunista de la TAR (Ch: Xizang zi zhiqu Dang Wei Chang wei wei fu fa zheng shu ji), pidió a la justicia “actuar rápido y golpear duro en la camarilla del Dalai Lama”. Además, dijo que la acción legal estricta se debe tomar sobre la base de la política del Partido a fin de que el veredicto final gane dividendos políticos, jurídicos y sociales, y así lograr la estabilidad política y social.
Con la sentencia del 31 de enero de ocho tibetanos, incluyendo la pena de muerte suspendida para Lobsang Kunchok, el gobierno chino puede tener la esperanza de echar toda la culpa a la “camarilla del Dalai Lama” o a “fuerzas extranjeras” y poner fin a las autoinmolaciones en protesta. Pero la escritura en la pared es inequívocamente clara. El gobierno chino debe abordar seriamente las verdaderas causas de las autoinmolaciones en protesta, necesita reconocer que las protestas son el resultado directo de sus políticas destructivas. Lejos de actuar como un elemento disuasorio a la autoinmolación o dañar la reputación de la “camarilla del Dalai”, una sentencia tan arbitraria e injusta no hará sino agravar la situación ya explosiva en el Tíbet.-