Por Gillian Wong –Associated Press
The Miami Herald
12 de enero de 2013
BEIJING – El artista Liu Yi, residente en Beijing, está trabajando en una serie de retratos en blanco y negro que sabe que nunca será exhibida en una galería china. Sus temas variados – hombres y mujeres, jóvenes y viejos, sonrientes y pensativos – tienen una cosa en común: son tibetanos que se han prendido fuego en protesta por el régimen represivo chino.
Liu quiere pintar un retrato de cada uno de los alrededor de 100 tibetanos que se han autoinmolado en los últimos tres años, como una forma de dar testimonio de una de las mayores oleadas de feroces protestas en la historia reciente. Con cada pincelada, Liu está haciendo una súplica sincera: la quema debe terminar.
“Cuando estoy pintando, estoy pensando: “Basta, basta, no hagan más esto. Paren.”, dijo el artista de voz suave que ha completado 40 hasta ahora. “Ya es suficiente”.
Liu es poco común entre sus contemporáneos por abordar el tema tabú. Solo un puñado de activistas de la mayoría china Han se han pronunciado, entre ellos el destacado jurista Xu Zhiyong.
En el corazón del silencio está la indiferencia de los chinos Han, o incluso la hostilidad hacia la causa tibetana, a pesar de cierta coincidencia con activistas liberales Han que irritan a los controles autoritarios. “Somos víctimas nosotros mismos,” escribió Xu en un reciente artículo de opinión en el que pidió disculpas por el silencio.
Muchos entre la mayoría (étnica) ven las inmolaciones como parte de los intentos por romper con China y se preguntan por qué los tibetanos no son más agradecidos por el desarrollo que el gobierno le ha dado a su región, con conexiones ferroviarias, autopistas, casas y fábricas.
Los chinos Han también tienden a ver el Tíbet, con sus impresionantes praderas y montañas y los yaks criados por los nómades, como una región salvaje y desconocida, pero una que fascina a pesar de todo. Durante todo el año, turistas chinos concurren a un famoso templo budista tibetano en Beijing para ofrecer incienso, antes de agotar la joyería o artefactos tibetanos baratos en muchas tiendas de la ciudad.
Aunque los activistas chinos Han cada vez más abogan por la preservación del medio ambiente prístino del Tíbet, la mayoría pasan raya en los temas políticos, quedando mudos mientras los tibetanos beben y se rocían con gasolina antes de quemarse a sí mismos, pidiendo por la libertad religiosa y la autonomía.
Liu espera cambiar eso.
“También espero que cada uno no mire esto de una manera ideológica o étnica, sino prestándole atención de una perspectiva humanitaria”, dijo.
Liu decidió pintar los primeros planos de los rostros de sus sujetos, ofreciendo una impresión íntima de cada arruga, pliegue, ceño fruncido o sonrisa, usando pinceladas gruesas en negro y blanco. Muchos de los sujetos están mirando directamente al espectador, creando un efecto impresionante, especialmente cuando los retratos se disponen como un único y gran montaje.
“Se puede ver que muchos de ellos son muy jóvenes”, dijo Liu mientras mostraba sus pinturas a los periodistas de Associated Press, en una entrevista reciente. Las obras fueron presentadas en el suelo de su estudio en cinco filas de ocho retratos cada uno. Señaló a dos caras de aspecto juvenil en la fila inferior, y dijo: “Este tiene 15, y ese 16”
La poetisa y activista tibetana Woeser dice que las autoinmolaciones “expresan una forma de miseria y son una franca protesta”
“Muchos de los intelectuales Han no están dispuestos a aceptar las demandas políticas”, dijo Woeser, conocida por un solo nombre, en una entrevista. “En su conciencia, el Tíbet es parte de China”. Ellos piensan: “Si ustedes tienen demandas políticas, tal vez lo que desean es la independencia, y demás ”
Los activistas tibetanos dicen que las protestas se derivan de la frustración por la sofocante presencia de seguridad de China, las restricciones a la religión y la demonización de su amado líder espiritual, el Dalai Lama. China ha dicho que el Dalai Lama instiga las autoinmolaciones para socavar la asistencia económica de Beijing a la región.
El número de protestas se disparó en noviembre mientras el Partido Comunista de China celebró un cónclave para instalar su nueva generación de líderes.
“En este desafiante momento, no solo necesitamos la atención de la comunidad internacional, sino también la de la sociedad china”, dijo Woeser. “Es muy importante que los intelectuales Han digan algo y tengan claras expresiones acerca de este problema.”
En un nivel más profundo, dijo, muchos Han se sienten alienados por la forma de vida tibetana y su filosofía espiritual.
“La cultura tibetana y la Han difieren en que una es spiritual y la otra material. Esta diferencia es actualmente un abismo, difícil de crear un puente” dijo. “Mucha gente Han no puede creer cómo los tibetanos hacen cosas por un deseo espiritual, incluso prenderse fuego a ellos mismos”.
Entre los Han que han hecho suya la causa, están los defensores de los derechos humanos Hu Jia y Liu Shasha, residentes en Beijing, que han publicado mensajes en Twitter acerca de las inmolaciones, instando a poner fin a las políticas represivas.
Xu, el jurista, dio un paso significativamente más arriesgado, tratando de visitar a la familia de un autoinmolado llamado Nangdrol, en la estrictamente controlada prefectura de Aba, en octubre.
“Me disculpo porque nosotros los chinos Han hemos estado en silencio mientras Nangdrol y sus compatriotas tibetanos está muriendo por la libertad”, escribió Xu en un artículo publicado en el New York Times el mes pasado. “Nosotros mismos somos víctimas, viviendo en el distanciamiento, las luchas internas, el odio y la destrucción. Nosotros compartimos esta tierra. Es nuestro hogar compartido, nuestra responsabilidad compartida, nuestro sueño compartido, y será nuestra salvación compartida”.
Para el artista Liu, que es mitad Han, mitad manchú y seguidor del budismo tibetano, hay un elemento personal y espiritual en su proyecto.
“Cuando los estoy pintando, siempre siento que estoy recibiendo bendiciones. Me vuelvo más dulce, amable” dijo Liu sobre los retratos. “Estas personas no están atacando a otras, ellos se están sacrificando completamente a sí mismos”.-